El Periódico Mediterráneo

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Cristina Fernández

LA CLAVE POLÍTICA

Cristina Fernández

Dios salve a la reina

Una vez más, Inglaterra ha dado una lección al mundo de respeto, tradición y unidad en torno a su emblemática monarquía. La frase que tantas veces hemos escuchado estos días de «la reina ha muerto, Dios salve al rey», es mucho más que parte de un ceremonial perfectamente ubicado en la sociedad inglesa. Es una declaración de intenciones. La representación oral de todo un país volcado de forma ejemplar en los fastos para despedir a su jefe de estado. Sin polémicas, sin escándalos, todo eso queda aparcado porque ahora empieza otro periodo. Sí, las comparaciones son odiosas, igualito que en España.

Mientras el mundo y 500 jefes de estado rinden sus honores a una de las mujeres más poderosas de la historia de la Humanidad (suponemos que como era reina no es un ejemplo de feminismo para los podemitas), en nuestro país nos empeñamos en diseccionar cada movimiento de nuestra casa real. Cierto es que durante años los medios silenciaron comportamientos muy poco éticos por parte de nuestro monarca, pero lo de ahora roza ya el esperpento. ¿Es polémico que alguien acuda al funeral de su prima y allí se encuentre con su hijo y su nuera? Pues se ve que aquí, sí. Spain is different.

Ningún país del mundo, con tan poca superficie y siendo una isla, ha logrado abarcar tantos territorios. La vocación imperialista de la reina Victoria logró posicionar a un pequeño país en la cima del mundo y es precisamente eso lo que muchos mandatarios reconocieron ayer. La fuerza de los pequeños frente a los grandes y una voluntad expansionista a prueba de bombas. Que nos lo digan a nosotros, que cargamos con el peso de la historia de saquear América, mientras otros hundían nuestros galeones y se llevaban sus riquezas. De esa parte de la crónica mundial se ha olvidado la saga Piratas del Caribe, porque Hollywood siempre ha sido más establishment que spanishment.

Una barbaridad

Hay quienes opinan que diez días de fastos y exequias fúnebres es una barbaridad, y probablemente no les falte razón, pero no es menos cierto que una reina que sucedió a 15 primeros ministros, 7 papas y 14 presidentes de los Estados Unidos... es mucha reina. Ni siquiera las eternas disputas y disgustos de su prole lograron hacer mella en alguien que hizo de la neutralidad su razón de ser. Sin ir más lejos, se fue a la tumba sin que ni uno de sus súbditos pueda conocer su opinión sobre aspectos tan destacados como el brexit y su relación con la Unión Europea.

Quizás yo me quedo con los deseos divinos para la reina, lo de que el altísimo salve al rey... está por ver. Lo cual, por cierto, coincide con lo que piensa la mayoría de los británicos a quienes durante décadas bautizamos como la Pérfida Albión. Hoy mucho menos pérfida, mucho más huérfana, pero igualmente una parte fundamental de la historia mundial. Descanse en paz.

Portavoz de Ciudadanos en la Diputación Provincial y teniente alcaldesa de Benicàssim

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