El Periódico Mediterráneo

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Basilio Trilles

BABOR Y ESTRIBOR

Basilio Trilles

Luis Brun

Existe una casta especial de seres humanos que deja indeleble huella en la sociedad donde se desarrolla y sirve. Es el caso de Luis Brun, al que una irreversible enfermedad le arrebató la vida en la madrugada del pasado miércoles, peleando hasta el último instante. Luis nunca tiró la toalla, supo dar una lección de coraje que ahora mismo, redactando estas apresuradas líneas teñidas de sentimientos encontrados, me ha llevado a rememorar la aleccionadora reflexión de Nelson Mandela: «Aprendí que el coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo». Esa ha sido la actitud de Luis en los interminables meses de lucha, de plantar cara a la adversidad, en los que contó con el entregado aliento de su mujer, Asun. Modélica compañera, siempre a la altura de las difíciles y complicadas circunstancias junto al hijo de ambos, Luis.

Amistad

Tuvimos la fortuna, mi esposa Carmela y yo, de compartir amistad con Luis y deleitarnos confraternizando con un ser especial, excelente conversador, amigo de sus amigos, amante incondicional de Castellón y de su querida Xodos, la bella población de la comarca de l’Alcalatén. Luis era un séneca hecho así mismo, que hacía verdad la máxima de Voltaire: «El mayor consuelo de la vida es decir lo que se piensa». Muchos nos hemos sentido privilegiados al empaparnos de lecciones de vida de quien tanto amaba esa vida ya apagada. El ejemplo de Luis confirma cuán acertado está Platón al señalar que el aprendizaje a morir no es otra cosa que aprender a vivir. Descansa en paz en el eterno viaje por el infinito de Alfa y Omega, querido amigo. Siempre estarás en nuestros corazones.

Periodista y escritor

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