Hace ahora un año y medio, Ciudadanos en Diputación denunció la avalancha de okupaciones en nuestras comarcas con una impunidad notoria e intolerable. Incluso invitamos en tono de humor a crear la marca Destino Okupa al gobierno provincial para promocionar las bondades de nuestras viviendas abandonadas. Al presidente José Martí no le gustó la ironía y su equipo de gobierno nos acusó de agoreros y oportunistas, entre otras lindezas. También tumbaron nuestra propuesta de moción en el pleno.
Como el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, 540 días después, la realidad y la sección de sucesos de Mediterráneo han terminado por darnos la razón. Solo en el último mes, okupaciones en Almassora, Nules, Benicàssim y el PAI Lledó en Castellón. Sin embargo erre que erre, el gobierno provincial niega la mayor y sigue empeñado en que los árboles de la okupación no le dejen ver el bosque. Y el bosque se llama delincuencia disparada en la provincia. Por mucho que Marlaska maquille las cifras, aunque hay que reconocer que su Ministerio reconoce la falta de hasta 200 agentes de la Guardia Civil en Castellón.
En la comandancia de la capital de la Plana conviven 1.160 agentes, de los cuales solo 500 prestan servicio a pie de calle. Es decir, salimos a 1.000 ciudadanos por Guardia Civil. Inaceptable. Recientemente varios alcaldes del litoral sur, como Nules, Moncofa, La Llosa o Xilxes, se sumaron a la protesta por la falta de esos efectivos tras el incremento de robos en viviendas o en el campo. Idéntica situación se ha vivido en zonas de interior, donde una patrulla puede abarcar hasta 6 o 7 poblaciones. Ejemplo práctico, un cabo y dos guardias de Vilafamés sirven a Vall d’Alba, Costur, les Useres, Sant Joan de Moró, la Pobla Tornesa y Vilafamés. Un despropósito.
Sube el número de okupas
Vivimos en una provincia en la que baja el número de guardias civiles y sube el de okupas, a lo mejor algo tiene que ver una cosa con la otra. Los delincuentes y las bandas organizadas conocen cada territorio y migran a aquellos en los que la presencia policial es menor. Por eso el Ministerio del Interior y la Subdelegación del Gobierno no pueden seguir mirando hacia otro lado y hacer suyas las reivindicaciones de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, AUGC, con la que me he reunido recientemente.
En breves horas la Benemérita celebrará el Día del Pilar, su patrona. Una cita anual para reivindicar el papel del instituto armado en nuestra sociedad. El mejor servicio que podemos prestar a la Guardia Civil son unas condiciones laborales dignas y unos acuartelamientos a la altura de lo que se merecen. Aquellos que son un ejemplo de entrega sin esperar nada a cambio, por desgracia no se puede decir lo mismo de muchos representantes de la clase política.
Portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Castellón y teniente alcaldesa de Benicàssim
