El Periódico Mediterráneo

El Periódico Mediterráneo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Marisol Barceló

LA CLAVE POLÍTICA

Marisol Barceló

¡Ánimo, Irene!

Hace unas semanas, como portavoz de Podem Castelló, escribí en esta columna sobre el racismo, hablaba entonces de que cuando tenemos noticias de agresiones racistas en otros países, en otros lugares, nos sentimos indignados y nos solidarizamos con las personas que lo sufren, pero la situación de lejanía en la que se producen esos ataques nos conduce a un estado de letargo que se trasmuta en ocasiones en permisividad por inacción.

También hablé entonces de que se ha instalado un marco de pensamiento que, de forma sutil pero persistente, crea unos estereotipos que van calando en el imaginario colectivo predisponiéndonos a un nosotros contra el resto, contra el diferente.

Si a este escenario de pensamiento colectivo que nos invita a actuar con intransigencia hacia las personas de otras nacionalidades o país de procedencia, añadimos la inacción producida por la falsa creencia de que el racismo es cosa de otros, el resultado es un auténtico cóctel que nos muestra una sociedad en la que la xenofobia está presente en todos los ámbitos. Así podemos ver cómo se produce discriminación en el ámbito educativo que se traduce, principalmente, en rechazo y exclusión de parte del alumnado. En el ámbito laboral se pone de manifiesto la dificultad para encontrar un trabajo en condiciones dignas para aquellos que tienen otro color de piel, y no hablemos de los impedimentos que encuentran las personas racializadas para acceder a una vivienda. Con ello, es muy pequeño el porcentaje de esta población que se atreve a presentar denuncia ante la discriminación sufrida.

Ataque racista

Pues bien, en este escenario de cierta permisividad, apatía e indiferencia en el que estamos instalados, se produjo hace unos días un ataque racista a una compañera, Irene Gómez, diputada de Podem en Les Corts por Castelló. Iba hacía su trabajo en Valencia como hace a diario y nada más dejar atrás la Estación del Norte se acercó a ella un hombre joven, vestido de manera elegante que le dijo: «Por qué no os largáis todos de aquí que dais asco».

Los primeros instantes fueron de estupor y aturdimiento por la incredulidad de que realmente aquel hombre hubiera manifestado lo que ella acababa de oír. Rápido tomó conciencia del ataque de odio del que acababa de ser objeto y que aún resultaba mucho más duro porque fue trasmitido sin dar voces, con sosiego, sin mostrar ira o rabia externa. Esas palabras pronunciadas en un contexto de calma demuestran un odio más sibilino, más profundo, que nada tiene de espontáneo como reacción ante un hecho, sino que ha sido intelectualizado e interiorizado y fue dirigido hacia mi compañera con la intención de hacer el mayor daño posible. No podemos consentir estos ataques y permanecer impasibles. Desde esta columna que uso como altavoz quiero trasmitir a Irene mi solidaridad y apoyo. Ella ya ha hecho la denuncia. Quiero recordar que fue a través del odio antisemita como se llevó a cabo una de las mayores ignominias de la historia.

Pongamos en marcha el Consell Municipal de Migració que trabajo no le va a faltar. Seguro.

Portavoz municipal de Podem Castelló

Compartir el artículo

stats