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Óscar Clavell

A FONDO

Oscar Clavell

Las cuentas de Sánchez

Este presupuesto no logrará sacarnos de la crisis a la que estamos abocados por la mala gestión

Es complicado hablar de cantidades de dinero que son inimaginables para la inmensa mayoría de los mortales. Y esa sensación es la que tenemos cuando cada año se presentan los Presupuestos Generales del Estado. Sin ningún tipo de duda, entre toda la labor legislativa del Parlamento una de ellas, posiblemente una de las más importantes, sea analizar, enmendar y, en su caso, aprobar o rechazar las cuentas que marcarán las decisiones del poder ejecutivo durante el siguiente ejercicio.

Y en ese mismo momento nos encontramos en el Congreso de los Diputados. La semana pasada la ministra de Hacienda hizo entrega del presupuesto, que regirá nuestro día a día durante el año 2023, a la presidenta de la Cámara. Y es nuestra obligación, como diputados, revisarlos, tanto por secciones como por inversiones territoriales, y de este modo extraer las conclusiones que conducirán a su posterior votación.

Si solo analizásemos los datos macroeconómicos ya nos ofrecen pistas suficientes para saber por dónde van a ir.an faltado 24 horas para que organismos como el Banco de España, AIREF o BBVA desmonten cuestiones tan importantes como el crecimiento, la inflación o la creación de empleo previstos por el Gobierno y que son parte esencial en el concepto de ingresos.

Observamos que son cuentas que no protegen a la clase media y trabajadora, puesto que para el Ejecutivo quien cuente con unos ingresos superiores a 21.000 €/año ya es rico. No se tiene presente a más de trece millones de personas que están en riesgo de pobreza o de exclusión social, de los cuales 2,4 millones son niños. Tampoco se piensa en los cuatro millones de españoles que están en situación de carencia material y social severa.

Son presupuestos que vuelven a gastar más de lo que ingresan. Se calcula que en estos últimos cuatro años se creará un agujero fiscal de 340.000 M€, incrementando una deuda pública que, como dijo la ministra Calviño, «pagarán nuestros hijos y nietos». Cualquier familia o autónomo sabe que si se gasta más de lo que se ingresa se está condenado a la ruina.

Estas cuentas no lograrán sacarnos de la crisis a la que estamos abocados por la mala gestión de Pedro Sánchez, ya que parten con más impuestos, más pobreza, más déficit y más deuda, haciendo menos sostenible la situación fiscal a largo plazo. Pero eso sí, el presidente del Gobierno está más preocupado por la propaganda y autobombo que de la ejecución eficaz de los presupuestos.

No se trata de reducir el gasto social, sino el gasto improductivo. Hacer más con menos es posible. Desde el Partido Popular sostenemos que el gasto público debe cumplir dos premisas: ser suficiente para mantener el estado del bienestar y unos servicios públicos de calidad. Y, por otro lado, ser sostenible en el tiempo para no poner en riesgo ese estado de bienestar a medio plazo, como ya ocurrió con el Gobierno de Zapatero.

Diputado del PP en el Congreso

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