Bejís, situado en el interior de Castellón, es una población pequeña de montaña y, cómo no, en grave riesgo de despoblación. Durante los últimos siete años, este ayuntamiento se ha tenido que ceñir a pagar la deuda heredada del anterior gobierno de más de un millón de euros, con lo que significa de menoscabo en la realización de grandes obras.
Aun así, se han realizado obras importantes como el arreglo de la piscina, la pista polideportiva, cambio de luminarias para intentar abaratar la factura de gasto público de energía, siempre con el apoyo de Generalitat y de Diputación.
A final de año nuestra deuda viva será de cero euros y a partir de aquí podemos empezar a pensar en nuevos retos, como la mejora y actualización de la planta embotelladora, emblema de nuestro pueblo y de titularidad municipal.
El equipo de gobierno de este ayuntamiento comienza a trabajar en 2019 y se encuentra con una serie de fenómenos como Filomena, después el covid y cuando parecía que la normalidad empezaba, un gran incendio que se ha llevado por delante prácticamente todo nuestro valor agrícola y turístico.
Aun así, se han ejecutado obras en todas las aldeas y en el casco urbano de Bejís, como las reparaciones y ampliación del cementerio, alcantarillado, y la ampliación de las dotaciones presupuestarias para sostener a asociaciones de vecinos, la banda de música y el grupo de teatro.
La planta envasadora
Nuestra mayor apuesta es el mantenimiento y mejora de los servicios públicos, y la modernización de la planta envasadora. Pero, sobre todo, la recuperación de nuestro entorno después del incendio, ya que hemos perdido nuestro potencial turístico.
Afortunadamente, la financiación de grandes obras ahora será posible debido a que no tenemos deuda y es más fácil conseguir otro tipo de ayudas compartidas.
Alcaldesa de Bejís
