Castelló es una ciudad plural, diversa, integradora, inclusiva. Por eso, el modelo de ciudad que impulsamos desde el Ayuntamiento tiene una mirada poliédrica, una mirada que, por supuesto, también incluye la de la infancia. Porque no podemos pensar las ciudades de hoy y proyectarlas hacia el mañana sin tener en cuenta las necesidades de los niños y las niñas, los usos y las actividades que desarrollan en el espacio público. Son ciudadanos con plenos derechos y, por ello, debemos escuchar su voz y asumir sus inquietudes, sus aspiraciones y anhelos, porque son tan legítimos y dignos como los de las personas en edad adulta.
Mañana se conmemora el Día Mundial de la Infancia, fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y, con motivo de esta efeméride, ayer tuve ocasión de compartir unas palabras con numerosos niños y niñas que vinieron a celebrar este día a la plaza Mayor de Castelló. Lo dije en su presencia y quiero aprovechar esta tribuna para reiterarlo: trabajamos cada día para que nuestra ciudad garantice sus derechos.
Desde el urbanismo, hasta la educación, pasando por la atención social o la actividad cultural. Cada uno de los ámbitos de actuación municipal tiene presente la infancia y, aunque desde que Castelló fue declarada Ciudad Amiga de la Infancia en 2017, hemos dado grandes pasos en ese sentido, todavía queda camino por recorrer. Y en ese camino deben guiarnos los niños y niñas de Castelló.
En el pleno del Consejo Municipal de la Infancia y la Adolescencia que se celebró esta semana, varios niños y niñas que representan a la infancia de nuestra ciudad trajeron propuestas para mejorar las condiciones de vida en Castelló. Zonas verdes para jugar, un refugio para animales, mejores colegios, más becas, mejores trabajos para los adultos y más tiempo para estar con la familia son algunas de sus reivindicaciones. Sus preocupaciones muestran una conciencia honesta del mundo que les rodea, una mirada lúcida que merece ser reconocida, considerada y respetada. Y desde el Ayuntamiento de Castelló seguiremos asumiendo sus reivindicaciones y necesidades, porque son las calles y los barrios de la ciudad, esa extensión de nuestro hogar, la primera trinchera desde la que defender y ampliar derechos, sobre todo, los de quienes no tienen altavoz propio.
Solidaridad y cuidados
La ciudad ha de ser un espacio de juego, de convivencia, de educación, un espacio de igualdad y de desarrollo vital, un espacio amable, cómodo y accesible para todos, donde estar y vivir. Una ciudad que piensa en los niños y niñas es una ciudad que nos beneficia a todos. Al fin y al cabo, como dice el prestigioso pedagogo italiano Francesco Tonucci, las calles son más seguras cuando hay niños, porque ellos propician un ambiente de solidaridad y cuidados, porque en su presencia los adultos somos mejores. Por eso deben ocupar el espacio público, y sus derechos deben ser siempre respetados.
Castelló cuenta con un Plan de la Infancia y la Adolescencia porque queremos una ciudad mejor para los niños y las niñas. Castelló les da voz y les escucha.
Alcaldesa de Castelló
