Este año no solamente los comercios, sino muchos otros aspectos de la Navidad se están adelantando en el tiempo. Y uno de los elementos que han empezado esta carrera, aparte de las luces que han invadido alguna ciudad, es el montaje del ya clásico Belén con evidente antelación, tanto los estáticos y domésticos como los vivientes.
Castellón y provincia en cierta manera es tierra de belenes, de una y otra modalidad. Desde el siglo XV hasta 2004 se han contabilizado 25 de los vivientes con cuidada escenografía y con personajes históricos, pero también populares y locales. No todos están ahora operativos, pero abundan, en cambio, los estáticos en domicilios particulares y en algunos institucionales. Entre estos últimos destaca el del Hospital Provincial por la tecnología empleada y la imaginación de disposición general.
Sería tarea ardua y, tal vez, prolija, referirse al desenvolvimiento de los belenes vivientes, uno de ellos el ya popularizado Betlem de la Pigà (1980), el Betlem de Costur (1996), L’Estel del Collet de Benicarló (1997), El Naixement, cantata de Nadal de Vila-real (2014), Vespra de Reis de Suera (1975), etc. Unos han desaparecido, otros se han modificado en su concepción y detalles.
La Diputación, no obstante, publicará próximamente el texto de estos belenes, obra de la recopiladora Fàtima Agut, con lo cual quedará plena constancia de aquellos más antiguos (siglos XV y XVI) y de los que posteriormente se han realizado en la capital (8) y provincia (17).
Y ahora, a ensayar y preparar la Navidad con la presentación en su día de los belenes.
Profesor
