El Periódico Mediterráneo

El Periódico Mediterráneo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francisco Cabañero Catalán

Ni una víctima más

Queda mucho por hacer y hay que cambiar aún muchas cosas. Y exigir tolerancia cero al problema

El 25 de noviembre celebramos el día internacional para la eliminación de la violencia de género. 38 víctimas a día de hoy, las mismas que en todo el año pasado 2021 y falta algo más de un mes para terminar el año. Una cifra que debemos rebajar.

Si bien cuando hablamos de terrorismo, todos volvemos la mente hacia las más de 800 víctimas que a lo largo de los casi 40 años de vida de la banda terrorista ETA, la Real Academia lo define claro: «Terrorismo» como el conjunto de actos violentos llevados a cabo para mediante el terror, doblegar bien la voluntad particular o colectiva.

La violencia de género ha sido y sigue siendo un delito invisible, oculto en demasiadas ocasiones y, considerar que tan solo las mujeres asesinadas a manos de sus verdugos-parejas son las víctimas de esta clase de terrorismo cada día más aceptado por todos, no solo es un error, sino una muestra de que nuestra ignorancia es directamente proporcional a nuestra estupidez, ya que se nos olvidan los cientos de niños que sufren en silencio los malos tratos recibidos no solo por sus madres sino por ellos mismos, cuando no la falta de uno de sus progenitores, carencia que nadie puede subsanar, pero sí aliviar si al menos la justicia empezara por ser fiel a su nombre, algún día.

Son hechos que evidencian que queda mucho por hacer y que hacen plantearnos qué está fallando en todo esto: ¿Las leyes actuales que rigen esta materia ? La ley actual que rige la violencia de género es de hace casi 20 años y está muy obsoleta, y habría que adaptarla a los tiempos en los que vivimos. Se debería denunciar más? Son muchas las mujeres que tienen miedo a denunciar, pero si hay indicios, actúa y denuncia, nadie puede protegerte si desconoce tu situación. ¿La educación impartida sobre este tema? En los colegios e institutos es donde podemos inculcar la concienciación de estos temas y es la edad para darse cuenta de dónde está el límite. Eduquemos en valores. Desde los colegios ó universidades pasando por institutos hay que inculcar para acabar con la violencia de género. Pero también en los domicilios. De padres a hijos. Recordad que un hijo absorbe lo que ve en los adultos, y más en los primeros años de su vida. Y recordad que en los colegios recibimos la enseñanza y en casa la educación.

En esta sociedad estresada y estresante en la que sobrevivimos, se no olvida que valores como la enseñanza en igualdad, parten de uno mismo y de su entorno, no podemos hacer chistes machistas delante de nuestros hijos y esperar que el día de mañana no sean ellos los que justifiquen un tortazo a tiempo, al igual que es incoherente decirle a nuestras hijas que deben ser virtuosas y comprensivas cuando del sexo opuesto se trata, y creer que no caerán en el chantaje de culpabilizarse constantemente de cuanto provocan en los demás.

Educar en igualdad va más allá de obligar a todos a hacer su cama, va desde no decir que el papá colabora en casa sino que realiza sus tareas, hasta el exilio de frases ofensivas como mujer tenías que ser que son caldo de cultivo para estos parásitos, pasando por la no justificación de un golpe, bajo ningún concepto, como bien decía Eleanor Roosevelt: «Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu permiso». No se lo concedamos de antemano.

Sea lo que sea, hay que cambiar aún cosas. Y exigir tolerancia cero al problema. Aunque son cada vez más el número de mujeres que se atreven a denunciar la situación, el número de mujeres que callan sigue siendo elevado. El miedo, la falta de protección y el escaso amparo que reciben por parte de la ley son algunas de las causas principales que paralizan a las víctimas.

Desde aquí, pido a nuestros representantes públicos, que no se haga política del tema y que nos ayuden a erradicar este tipo de terrorismo que nos sacude cada vez más fuerte, mediante aquello contra lo que nunca podrá, el conocimiento. Invito a que se den charlas, cuantas sean y donde más se necesite, en colegios, institutos, hogares del pensionista o asociaciones de vecinos, porque nadie está libre de esta lacra que se alimenta del silencio no solo de sus víctimas sino del de todos aquellos que lo justifican al son de los trapos sucios se lavan en casa o no es asunto mío.

No más. No queremos recordar a ninguna víctima más. Hacemos un llamamiento a los políticos, para que se reformen las leyes porque vemos que no se erradica el problema; a las familias, para que inculquemos desde casa y potenciemos la igualdad de oportunidades; a la sociedad, ayudemos a las víctimas, no las repudiemos.

El 25-N se celebra este día en conmemoración de todas aquellas mujeres que han sido víctimas de este delito, invisible en muchas ocasiones. Pero también en honor a todas aquellas que luchan diariamente contra él.

Presidente Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Castellón

Compartir el artículo

stats