El Periódico Mediterráneo

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Henri Bouché

PUNTO DE VISTA

Henri Bouché

El tiempo perdido

El día 18 de este mes de 1922 moría Marcel Proust, el autor más conocido por su obra En busca del tiempo perdido en el ámbito de la literatura modernista. Ese día, en honor suyo, este modesto lector, que soy yo, desayuné con té y una magdalena, que es lo que hizo casi un siglo antes el insigne autor en una afortunada mañana. En lo que vino después del desayuno no participé, naturalmente. Pero la magdalena o el té, o ambos ingredientes, inspiraron a Proust a rememorar lo que en su voluminosa obra expuso. Yo solo saboreé el desayuno, aunque recordándole.

Olvidamos con frecuencia

El tiempo es un bien valioso: el tiempo es oro, comenta el refrán. Pero, como decían los clásicos, el tiempo huye (tempusfugit), pero huye para no volver. Recobrarlo, organizarse con él es una buena tarea. El pasado es necesario si se une con el presente. Proust nos muestra como ejercicio resucitar también el pasado con imágenes que nos recuerden lo que parecía olvidado, la memoria olvidada. Por eso es importante resucitarla para mirarla con ojos diferentes y aprender de lo acontecido en el pasado. Hoy el tiempo de ocio se desperdicia inconscientemente, frente al del trabajo, que está regulado. Ayer como hoy. Y olvidamos con frecuencia que aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia.

Por eso ha de cambiar nuestra percepción, organizar el tiempo y recobrarlo para no repetir los errores cometidos en el pasado. En cierto país iberoamericano suelen decir que lo que puedas hacer mañana no lo hagas hoy; nosotros decimos, acertadamente, «lo que puedas hacer hoy, no lo dejes para mañana». Y recuerda y busca el tiempo perdido.

Profesor

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