TRIBUNA

El sida y sus realidades

María Victoria Garrido

María Victoria Garrido

Hoy, 1 de diciembre, conmemoramos la lucha contra el sida con un panorama muy distinto al que vivíamos a principios de los años 80. Los tratamientos antirretrovirales han convertido una patología mortal en una patología crónica, que permite hacer una vida normal, social y afectivamente. Atrás queda el estigma injusto y la soledad que marcaron a varias generaciones hace unas décadas.

La inversión en salud pública de los diferentes gobiernos progresistas marcó el presente en el control y la prevención del VIH; si en 1989 fue un hito el lema Póntelo, pónselo hoy el reto es transmitir, sin prejuicios, la información básica sobre la transmisión, prevención y diagnóstico precoz del VIH.

En 2014 se firmó la Declaración de París, mediante la cual los alcaldes se comprometieron a adoptar una serie de compromisos para acelerar la respuesta al sida con el objetivo de poner fin a la epidemia en que se había convertido, consiguiendo que el 90-95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico y sigan un tratamiento para suprimir la carga viral y reducir el riesgo de transmisión del VIH.

Sin embargo, si ponemos el foco en países menos favorecidos, la realidad es otra. Sin acceso a los tratamientos la infección es mortal, por lo que en el mundo hay aproximadamente 22 millones de personas en las que la infección por VIH supone una condena de muerte.

Especialmente expuestas

Una situación en la que las mujeres están especialmente expuestas, ya que el 54% de las personas que viven con VIH son mujeres y niñas. El riesgo de contraer VIH en las mujeres prostituidas es 38 veces mayor que en la población general. En África Subsahariana, seis de cada siete nuevas infecciones en adolescentes de entre 15 y 19 años afectan a niñas y el 63% de nuevas infecciones ocurren en mujeres y niñas. Las niñas y mujeres jóvenes tienen el doble de probabilidades de vivir con el VIH que los hombres jóvenes en esa zona del mundo.

Es decir, ser mujer vulnerable es un factor de riesgo para contraer el sida. Un abordaje con perspectiva feminista y una inversión en tratamientos y prevención, en estos países, son claves para un futuro libre de sida.

Apostemos por una sanidad pública y de calidad para seguir avanzando en el tratamiento y el cuidado de personas vulnerables.

Secretaria de Igualdad del PSPV de la provincia de Castellón

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