Todos a la calle

Tenemos un gobierno con miembros sanchistas y podemitas empeñados en restringir las libertades de los ciudadanos normales hasta extremos orwellianos. Sin embargo los delincuentes les caen bien, especialmente si son de su sesgo político. Como tienen una larga lista de condenados en sus filas, buscan la manera de que no permanezcan mucho en prisión y sus crímenes les salgan baratos.

Prueba de ello son los indultos sectarios e interesados que han ido aprobando, desde secuestradoras a golpistas. Pero eso es poco, así que liberan grupos enteros. Normalmente a cambio del apoyo para seguir agarrado al poder. Todos los terroristas etarras son trasladados al País Vasco, donde inmediatamente les dan el tercer grado y a la calle. Los independentistas sediciosos han sido condenados por un delito que ahora quitan y así se liberan, y pueden volver a hacerlo, lo que ya han anunciado. Si se rompe España a ellos les da igual siempre que sigan mandando y cobrando. Delincuentes sexuales adoran a Santa Irene Montero, cuya ignorancia e ineptitud no tiene límites. Un piropo supone una falta gravísima, pero violadores asesinos no pueden sufrir prisión permanente revisable y toda esa gentuza, incluyendo pederastas condenados hasta por los propios delincuentes, a la calle.

Lo más cañí, los chorizos, ya se puede malversar fondos públicos si son de su cuerda. Los corruptos, felices, a vivir y a forrarse. La gente honrada, preocupada e indignada, deberíamos estarlo más, porque esto es el fin del imperio de la ley y nos van a convertir en lo que les gustaría, una república bananera.

*Notario y doctor en Derecho

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