COSAS MÍAS

El Castelló romano

Antonio Gascó

Antonio Gascó

La diatriba respecto del origen del regadío y la construcción de una red de acequias en nuestro término municipal, enfrenta a los especialistas partidarios de un origen romano frente a los que lo consideran islámico.

Con todo, se puede presuponer que, en tiempos de la dominación romana (s. III a C. al V de nuestra era), los cultivos de vid, trigo, cebada, alfalfa, lentejas, olivos, algarrobos, junto a los frutales de higueras, perales, manzanos, nogales, melocotonares y algunos de huerta, debieron ser frecuentes en las explotaciones agrarias del área castellonense con un aprovechamiento de consumo propio. En cuanto a la ganadería, alternarían las aves de corral con los conejos, ovejas, cabras y bóvidos.

Lujo desmedido

Nos es desconocida la vinculación entre las villas y su posible jerarquía respecto de los hábitats más humildes. Las villas de mayor importancia, como la de Binamargo en Castellón, pudieron llevar a cabo cultivos latifundistas, aunque no se han encontrado componentes ornamentales que puedan hacer referencia a un lujo desmedido. La esperanza de vida en la época no debió superar los cincuenta años, aunque no faltaron matusalenes que superaron los ochenta, como ponen de manifiesto las losas epigráficas. Por el contrario, también fue muy abundante la mortalidad infantil. Poco se sabe, asimismo, de las inhumaciones, al margen de los enterramientos de las clases más acomodadas cuyas lápidas, como la de Coscollosa, nos ofrecen testimonios de sepulturas pudientes.

La organización regular del término, basada en las centuriationes dependientes de unas villae, o residencias de los pudientes, definen un modelo de espacio diverso y unas relaciones de producción, con los agricultores y ganaderos asalariados o dueños de minúsculos campos.

Cronista oficial de Castelló

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