Nuestra Constitución

Esta semana celebramos el Día de la Constitución y en Benicàssim no quisimos que pasara desapercibido por ello, desde el Ayuntamiento, acompañados de vecinas, vecinos, representantes del tejido social y cultural, así como representantes políticos y Cuerpos y Fuerza de Seguridad, nos dimos cita para realizar una lectura colectiva de los artículos de nuestra Carta Magna.

Un acto sencillo pero trascendente. Un acto para reconocer a quienes hace 44 años dejaron a un lado sus diferencias, sumando y trabajando para construir lo que les unía. Un acto de respeto y compromiso, valores que nos caracterizan a quienes somos y nos sentimos orgullosos de ser españoles.

En un momento de turbulencias, en el que hay mucho ruido en otros foros y en otros fondos, tenemos que poner en valor y celebrar lo que nos une, el derecho, la libertad, el orgullo de País y conmemorar ese gran pacto nacional de convivencia que nos dimos todos los españoles en aras a la reconciliación, a la concordia, a la democracia y la libertad.

Pero la Constitución Española, además de recoger nuestros derechos y libertades, es el marco jurídico esencial que juramos y prometemos quienes nos dedicamos a hacer política desde la legalidad, el respeto, la lealtad, la responsabilidad y el compromiso. Un compromiso institucional y personal que renové, como alcaldesa, el 14 de junio de 2019. Un compromiso hacia el trabajo, moral y de máximo respeto y lealtad a mis vecinos, a Benicàssim y a España.

Significado de respeto, libertad y justicia

Pero hoy, lamentablemente en nuestro municipio hay quienes desconocen el significado del respeto, la libertad y la justicia, la lealtad y buenas formas. Únicamente buscan el rédito electoral del cortoplacismo, del ruido mediático, del caos, sin razonamientos, ni reflexión, ni proyectos claros.

Un reflejo de lo que estamos sufriendo a nivel nacional donde el PSOE también vive reo de la izquierda más radical, de nacionalistas independentistas, de grupos minoritarios o, dicho de modo coloquial, juntándose con ochos, nueves y cartas que no ligan.

Un gobierno irrespetuoso con la Constitución Española, aprobada mayoritariamente por todos los españoles, donde no tiene cabida la sedición, ni los referéndums ilegales pero que, como peaje político, tiene que pagar a sus socios y es que allí, como aquí, todo parece tener un precio.

Alcaldesa de Benicàssim

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