BABOR Y ESTRIBOR

No hay otro camino

Basilio Trilles

Basilio Trilles

El ambiente político nacional está a la altura de la situación meteorológica de la península Ibérica que, según las predicciones, puede desencadenar serias perturbaciones merced la borrasca Efraín. La borrasca Sánchez, por su parte, está dando serios visos con el arreglo a macha martillo del Código Penal pulverizando el delito de sedición y rebajando ad hoc las penas por malversación, en lo que eminentes juristas y políticos de diversas banderías califican de «atentado a la Constitución».

El domingo, en Barcelona, Sánchez dejó para la historia una de esas frases reservadas a los políticos arrojados, de aura peronista: «Estamos tomando decisiones arriesgadas, pero no hay otro camino». Salvador Illa, el hombre triste que sirve los cafés a los colegas de ERC, puso cara de borrego degollado enternecido por el embrujo del líder madrileño, que levantó aplausos entregados de los compañeros del PSC. Encantados los presentes de que el mesías, capaz de anular al mismísimo don Pablo, constate que «no hay otro camino». Pues nada, de la mano, en fila de a dos, cabeza gacha y enfilando el despeñadero, mientras tanto las hienas del independentismo se relamen.

En el arte de maniobrar en el escenario terrenal nadie puede negar las habilidades de Sánchez, cuya presencia en el Siglo de Oro habría enriquecido las floridas letras de la novela picaresca. Claro que, en el primer tercio del siglo XXI, decir «no hay otro camino», intentando justificar lo imposible, supera todo lo abarcable por el sustantivo osadía. Desvergüenza sería más adecuado.

Así lo han visto desde la Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición, organización ciudadana que ayer hizo público un manifiesto rechazando las actuaciones del Gobierno, «cuyo propósito es obtener a cualquier precio el apoyo parlamentario de los partidos separatistas y de los que están contra la Constitución». El documento, firmado por más de 300 eminentes personalidades, cuenta con el apoyo de cinco exministros socialistas: César Antonio Molina, Javier Sáenz Cosculluela, Virgilio Zapatero, Julián García Vargas y José Luis Corcuera. Además de varios exaltos cargos del PSOE, entre ellos Nicolás Redondo y Francisco Vázquez. Quienes rubrican el comunicado aseguran: «Es una burla hablar de desinflación del conflicto catalán, cuando todos han declarado hasta la saciedad que volverán a intentarlo». Extinguiendo cualquier duda al subrayar: «Pactar la reducción del delito con los delincuentes que lo han cometido es un hecho insólito que carece de homologación alguna en Europa».

La enseñanza de Maquiavelo

Tertulianos y columnistas de prestigio, dígase Miguel Ángel Rodríguez y Raúl del Pozo, al albur de lo que va a hacer el Gobierno, han recordado la enseñanza de Maquiavelo, inspirada en Lucifer. A la hora de proceder con la parte amarga del poder hay que hacerlo en aluvión, en cambio las acciones azucaradas es preciso administrarlas bien, poco a poco, para que cunda el efecto. Alberto Núñez Feijóo pide elecciones ya, asegurando: «El plan de Sánchez no tiene legitimidad». Santiago Abascal e Inés Arrimadas intentan una imposible moción de censura. Mientras, el camino de Sánchez no gusta ni a los propios socialistas condenados por los ERE de Andalucía a quienes, desde Moncloa, les han intentado vender que se van a beneficiar. Uno de los firmantes del manifiesto es José María Mohedano, socialista y exabogado de José Griñán, quien ha asegurado: «El señor Griñán y los otros condenados creen que esta reforma de la malversación es una afrenta, porque les hace entrar en un paquete a favor de los independentistas de ERC. La medida es una indignidad». Pues eso.

Periodista y escritor

Suscríbete para seguir leyendo