BABOR Y ESTRIBOR

Prensa amenazada

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Mal vamos cuando el presidente del Gobierno atiza el fantasma de la conspiración con la anuencia de lo que él, Sánchez, define como «la derecha mediática», en peligroso arranque peronista. En la historia de la democracia pueden encontrarse algunas anomalías protagonizadas por mandatarios elegidos en las urnas que colisionan con la letra y espíritu del Estado de Derecho. Un ejemplo revelador es el del presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, quién a propósito del escándalo del caso Papeles del Pentágono, preludio del Watergate, en 1971 prohibió la entrada en la Casa Blanca de redactores y fotógrafos del Washington Post. El exceso resultó enmendado por el Tribunal Supremo, haciendo prevalecer el inalienable derecho a la información: «La prensa debe servir a los gobernados y no a los gobernantes». La libertad de expresión, consagrada en el artículo 20 de la Constitución Española, es uno de los preceptos del magno texto que garantizan el marco de libertades de la nación. No obstante, tan fundamental derecho ciudadano parece atravesado en el esófago de los integrantes del multitudinario Gobierno Frankenstein, que en la actualidad rige los destinos de nuestra nación. Pedro Sánchez, atrincherado en un peligroso populismo con tufo a castrismo de guante blanco, señala con amenazante tono a los medios y periodistas críticos.

Deriva peligrosa la de Sánchez, entregado a independentistas y bilduetarras, dispuesto a mantener la poltrona a cualquier precio. Iglesias, Otegi y Junqueras esbozan en estos tiempos sonrisas de satisfacción. Nada más solvente para los intereses de los desguazadores de España que una prensa sometida. Tranquilidad, el director de La Moncloa Pictures nunca conseguirá amordazarnos a todos.

Periodista y escritor

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