A FONDO

A propósito de las ayudas al azulejo

Nadie dice que las ayudas sean definitivas. El compromiso del Gobierno con la cerámica es total

José Martí

José Martí

Ustedes, a buen seguro, ya serán conocedores. El 28 de diciembre en el BOE se publicaba el Real Decreto-Ley 20/2022 de medidas de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania y en su artículo 59 se recogen las ayudas al sector del azulejo: 450 millones en subvenciones para sectores gasintensivos y otros 500 millones en créditos ICO. Además de un PERTE de 3.100 millones en fondos europeos para avanzar en el proceso de descarbonización industrial. A estas ayudas hay que sumar las desarrolladas por la propia Generalitat valenciana: el pasado noviembre, al parecer con gran éxito, puso en marcha una línea de crédito de 50 millones de euros y con el nuevo año añadirá 50 millones más en ayudas directas.

El documento Salvem la ceràmica que tuve el honor de firmar conjuntamente con otros 18 alcaldes y alcaldesas de municipios del clúster cerámico y en el que pedíamos ayudas urgentes al Gobierno, ha tenido respuesta. El presidente Pedro Sánchez se reunió con el sector, las ayudas están en el BOE y en la presentación de unas medidas de carácter general para hacer frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania, ante toda España, citó en dos ocasiones la crisis del sector cerámico.

Bien es cierto, que, como corresponde a una sociedad abierta, plural y democrática, el importante paquete de ayudas ha suscitado desilusión en el sector --que esperaba más-- , alguna crítica --a buen seguro interesada--, y mucha controversia sobre su cuantía, temporalidad, algún sector excluido --el de las fritas--, otros sectores gasintesivos incluidos, etc. Críticas que para algunos sectores ponen en duda su suficiencia y eficacia para salvar a un sector que tan esencial es para la economía de nuestra provincia. Con ánimo claro de perseverar en el consenso de Salvem la ceràmica, más allá de siglas y partidismos, introducimos una serie de argumentos y reflexiones que nos parecen de interés para ponderar las medidas aprobadas en toda su amplitud:

Primero: No se trata solo de unas ayudas directas y aisladas, casi mil millones --que no es poco--, sino de un conjunto de medidas fiscales y regulatorias que se complementan entre sí y también benefician al sector. Las enumeraba la ministra Reyes Maroto en una entrevista el pasado día 30 de diciembre en este mismo diario: se mantiene la supresión del impuesto del valor de producción, del impuesto especial a la electricidad, la inclusión de la cogeneración dentro del mecanismo ibérico, las rebajas de peajes de la electricidad y lo que es aún más importante, en febrero entra en vigor el tope europeo al gas que ya está ayudando a reducir la volatilidad de los precios.

Segundo: Los 500 millones del ICO en créditos hay que sopesarlos en todo su valor. Tienen el aval del Estado en el 90% -solo existe el precedente de las agencias de viajes en el covid-- y a buen seguro tendrán una buena acogida en el sector, como la han tenido los 50 millones de la Generalitat. Estamos ante una crisis accidental, temporal, no sistémica. Para las empresas el crédito es vital.

Tramitación

Tercero: Aunque se habla de seis meses para articular las subvenciones, se trata de un máximo. El Gobierno es muy consciente que tiene que agilizar su tramitación, una tramitación que esta mediada por los permisos que hay que solicitar a la Comisión Europea. La voluntad del Gobierno es acortarlas.

Cuarto: Es cierto que son 25 las actividades gas intensivas --el Gobierno es de todos y gobierna para todos-- , pero no es menos cierto que a la hora de articular las ayudas se contará con los sectores implicados y se tendrá muy en cuenta la intensidad de gas que tiene cada actividad y la situación en que se encuentra el sector. No habrá un tope de 400.000 euros por empresa como en las anteriores ayudas, e incluso, la ministra habla de una horquilla de 4 a 150 millones.

Quinto: Nadie habla de que sean definitivas, se evaluará su desarrollo y si continua la inestabilidad y las perturbaciones del mercado energético se arbitrarán nuevas medidas. El compromiso del Gobierno con la industria cerámica es total y ahí están los hechos y las realidades. Los que somos de la zona y tenemos cierta edad lo sabemos: el azulejo a lo largo de los años ha sufrido diversas crisis y momentos delicados, nunca, nunca, había recibido del Gobierno de España unas ayudas semejantes.

Presidente de la Diputación de Castellón

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