Tribuna sindical

La salud pública, un plan, un futuro

La sanidad es un trabajo a largo plazo y si no se hace con el compromiso de todas, fracasará

josé clemente Saz Soler*

Vuelvan a situarse en el futuro, año 2030, vuelvan a pensar en los objetivos de un planeta sostenible, en el movimiento de personas y bienes a nivel mundial cada vez mayor, en una sociedad aspirante a un futuro pleno de igualdad y en búsqueda del bien común, en la cual una de sus prioridades es el beneficio social, la eliminación de cualquier discriminación a corto plazo y con unos límites éticos de excelencia.

La salud pública en este entorno lo tendría bien, muy bien, porque es lo que busca, el bien común de toda la población en términos de salud. Su trabajo es muy complejo y precisa del apoyo y la colaboración de tod@s, poder político, económico, entidades sociales de toda índole y condición y de la propia población. La salud pública actúa sobre los determinantes de la salud entre los que se incluyen, entre otros muchos factores, la provisión de servicios de salud, de educación, políticos, culturales, económicos... Las carencias o deficiencias en estos determinan la salud de la población. La pobreza, la falta de recursos humanos en la sanidad o en la educación pública condicionan de manera absoluta nuestra salud.

Cambiar los determinantes para potenciar la salud de la población es un camino largo y complejo. Los resultados de su trabajo no se ven en ocasiones durante años y eso no reporta beneficios políticos a los gestores de nuestro sistema sanitario ni a las organizaciones políticas. En esa sociedad de la que hablamos, en la que primarían la solidaridad y el bien común, en el que todas y todos navegáramos en el mismo barco. En esa sociedad todo sería más fácil.

La salud pública es un trabajo a largo plazo y, si no se hace con el compromiso de todas, si no se diseña con el objetivo de dar un beneficio a la población, beneficio que no obtendrá recompensa posiblemente hasta años después, fracasará.

En este contexto la salud pública queda fuera como bien político rentable. Sin embargo está dentro del corazón amable, familiar, solidario, empático que la población de nuestra Comunidad tiene y que tan bien representado está en nuestra cultura o en nuestro cine por Berlanga.

Por tanto, la salud pública solo existirá como tal y nos ayudará a superar nuestros problemas poblacionales de salud desde una perspectiva solidaria y a largo plazo.

Una perspectiva de cara a la salud futura de la población y no a la rentabilidad o visibilidad política del momento. Necesitamos que el plan quinquenal de Salud Pública se encuentre adaptado a futuras pandemias y a las necesidades de la población.

Precisamos una estructura de los Centros de Salud Pública modernizada y adaptada a las necesidades actuales y futuras de la población capaz de prever las medidas preventivas necesarias ante un incremento de casos de cáncer, una pandemia o cualquier otro problema de salud de las poblaciones.

Necesitamos una estructura de Centros de Salud Pública con capacidad y funcionalidad para formar y preparar a la población, con medios para tomar medidas adecuadas de prevención y control, con una normativa que permita estudiar y gestionar las situaciones y modificar los determinantes que influyen sobre la salud de forma eficaz.

Necesitamos dejar de mirar nuestro insignificante ombligo. Nos interesa la salud pública y sus funciones de prevención y control. Es necesario hacerla llegar al conocimiento de las personas, hacerla visible y con ella sus funciones, reconocer su existencia y su gran labor. Y una vez esto, formarnos tod@s en los objetivos reales que la salud pública debe lograr y como remar juntas y juntos en la misma dirección.

La llegada a puerto está llena de dificultades y tormentas, pero navegando juntos lo lograremos.

Miembro Junta Personal por CCOO-PV del Departamento de Salud de Castellón

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