EL TURNO

Tiempo de balance, no de excusas

Juan Amat

Juan Amat

Teniendo Vinaròs gran potencial para ser conocida por sus atractivos turísticos, en los últimos años, únicamente ha sido noticia por los escándalos protagonizados por sus políticos, lo que no deja de ser una evidencia más de lo mal gestionada que está nuestra ciudad. Se inició la legislatura dándose a conocer, justo una semana después de las elecciones municipales, que el que había sido candidato de Compromís y teniente de alcalde, había estado metiendo la mano en la caja durante más de un año. Circunstancia perfectamente conocida por sus compañeros de tripartito, al constar en las actas de junta de gobierno las advertencias de los funcionarios respecto a la falta de justificación de las disposiciones de dinero del concejal. Sin que ello fuera obstáculo para que el hoy alcalde, Guillem Alsina, concurriera a las elecciones municipales ocultando a la ciudadanía lo que había estado pasando en el seno de su gobierno, a la vez que en los debates electorales se mostraba dispuesto a pactar con quien la justicia ha acabado condenando a pena de prisión por sus prácticas corruptas.

Otro gran hito

A tan inmoral comienzo le siguió el otro gran hito de la actual legislatura. El amigo invisible en forma de cabeza de cordero, que hizo que Vinaròs abriera informativos en televisión por las vergonzosas conductas de sus gobernantes, entregándose vísceras en dependencias municipales a modo de regalo navideño. La consecuencia de ello, la ruptura del gobierno en el que Podemos dejó en minoría a PSPV y Compromís.

Y viendo a lo que se han dedicado el alcalde y sus socios estos años, los resultados de su gestión no los busquen porque no los hay. Lo mejor, la oportunidad de cambio que posibilitan las próximas elecciones.

Portavoz PP Vinaròs

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