Que pasen pronto

La obra de la avenida Lidón continúa. Como un gran trasatlántico, la plataforma de hormigón avanza sin parar hacia María Agustina y el eje ya es una enorme pista de aterrizaje de aviones. Ni es más verde, ni más accesible. Antes tenía amplias aceras y gustaba a todos. Ni generaba problemas ni pedía pan. Y los emprendedores habían demostrado que el comercio de barrio, el de proximidad, sí podía sobrevivir.

Para su desgracia la alcaldesa socialista Amparo Marco puso sus ojos en ella, y quiso pasar a la posteridad haciendo una obra que nadie ha pedido, que no aporta nada y que cuesta 3,3 millones de euros. Esta semana hemos vuelto a recorrer el eje. ¿Resultado? Las aceras son más estrechas, las terrazas de las cafeterías pierden espacio, los nuevos bancos no tienen respaldo, los coches de residentes transitarán directamente sobre la calzada peatonal para llegar a los párkings sin distinción de áreas, las calles transversales acaban en cul de sac, y el nuevo carril bici tiene más curvas que el Tourmalet. Sin un árbol más, sin nada emblemático.

Gastar por gastar

¿Qué han ganado vecinos y comerciantes? Nada. Ha sido deshacer por deshacer, gastar por gastar. La nueva avenida solo ha traído dolores de cabeza, ansiedad, rabia... Los comerciantes hablan de su situación límite con lágrimas en los ojos, impotentes por no saber cómo recibirán a los proveedores, o rabiosos porque sus clientes se están esfumando. Algunos suman 14.000 euros en pérdidas.

El gobierno local del PSOE hace como si no pasara nada. Sí, pasa. Pasa que su decisión les está arruinando la vida. Pasa que están peor, que nada será igual. Afortunadamente, todos saben quiénes son los responsables. Y todos esperan que pasen pronto.

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón

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