AL CONTRATAQUE

El Viacrucis del Ribalta

Paco Mariscal

Paco Mariscal

Por donde el Ribalta anduvo hace como dos siglos el segundo cementerio que tuvo la capital de la Plana, antes que el parque fuese parque; antes que los vencedores de la incivil contienda del 36 erigieran un catafalco en el parque patrimonial, y antes que la Pérgola del parque dejara de ser pérgola para convertirse en Dios sabe qué. Vecinos, amigos y allegados del Riu Sec, junto al cementerio existente en aquel espacio, del que todavía quedan restos y fosas que la actual naturaleza del parque cubre… junto al cementerio, digo, nuestras abuelas y bisabuelas y demás piadosos ancestros, acudían, llegada la Cuaresma, y seguían devotos el Viernes Santo y los viernes de Cuaresma el rezo del Viacrucis: allí, junto al cementerio estaba el Calvario de la ciudad con sus 14 estaciones que representaban la pasión del Jesús de Nazaret, no el de los abogados que se auto bautizan cristianos en vez de franquistas. La piedad de nuestros antepasados dejó sus huellas en las lenguas hispanas, y hoy una pena, una desgracia, un dolor, un desaguisado o una ridícula polémica política la denominamos calvario o calvari en las lenguas hispanas.

Nuestras madres y abuelas indicaban que «anaven a fer les creus», cuando se dirigían al rezo ritual en las 14 estaciones del Calvario. Hoy en día esa expresión resultaría irreverente, cuando nos damos un garbeo por el Ribalta. Primera estación: la retirada del catafalco de los vencedores; el incordio leguleyo de abogados políticos extremistas; segunda estación: los silencios de la alcaldesa Amparo Marco en temas de patrimonio en los que están cívicamente involucrados los amigos del Ribalta, no son de recibo; en su discurso verborrea durante el pleno en que se aprobaron los presupuestos municipales de 2023, no hubo la mínima alusión al tema. Tercera estación: La incoherencia, y también tergiversación, ante el tema catafalco y el tema pérgola, de la derecha tricéfala castellonense que encabeza Begoña Carrasco; su agresiva indicación de cifras que son medias verdades y olvido del Ribalta. Cuarta estación: las declaraciones, estos días pasados y en torno al tema, de uno de los principales portavoces de la extrema derecha, indicando que ellos levantarán cuantas cruces sean necesarias y otros desvaríos; el mozuelo cincuentón, héroe o antihéroe de la banderita en el Peñón, cruzó a nado la frontera de Gibraltar, pero sus desvaríos son similares a los que difunde la derecha extrema en el resto de Europa y el mundo: Todo, absolutamente todo, nos remite al calvario y a las cruces banales, y afectivas y lindas a un tiempo, de la españolísima copla: las cruces del Viacrucis del Ribalta.

Isabel Pantoja

Porque la fatalidad de las estrellas, aunque no trágica, parece que pende sobre nuestro patrimonial Ribalta. La fatalidad de una estrella de plata que reluce y a quien se dirige el parque con aquello de «¿Por qué me llevas por este calvario llenito de cruces?» que durante la contienda del 36 cantaba Imperio Argentina, y luego casi todas nuestras tonadilleras hasta llegar a Isabel Pantoja. Y cabe añadir que la copla El día que yo nací es una perla musical y poética, como el Ribalta, donde se entreven las huellas de García Lorca. La copla de Juan Mostazo Morales y Ramón Perelló es una pieza magnífica de la cultura de masas como las que analizó Umberto Eco en sus Apocalípticos e integrados. Fue un éxito en toda línea entre los republicanos españoles y los españoles franquistas de otrora. El músico Mostazo murió demasiado joven por causas naturales durante la incivil contienda; su socio Ramón Perelló se pasó cinco largos años en los penales de Yeserías y Carabanchel, hasta el año 1944, porque su republicanismo obrerista era público y notorio. Salió de la cárcel poco antes de que los vencedores del 36 levantaran su catafalco en el Ribalta. Contra la calidad musical y artística de Perelló no pudo hacer nada ni la mismísima fuerte, dura y torpe censura franquista de posguerra.

Sí consiguió el tardofranquismo municipal de Castelló, torpe como pocos, que la Pérgola dejara de ser pérgola. Pero… ¿tiene el maltratado parque Ribalta una copla en que se muestre el fin de sus cruces o 14 estaciones del calvario?

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