A FONDO

Al lado de nuestro comercio

Pese a la delicada situación económica, vamos a mantener las medidas de estímulo fiscal y ayuda

José Benlloch

José Benlloch

El tiempo es un concepto extremadamente laxo, que afecta de manera importante a nuestra percepción sobre el mundo. Lo que ayer era una pandemia de dimensiones terribles, hoy es para muchos un recuerdo remoto. Pero el tiempo, a pesar de lo que pueda parecer, no lo cura todo. Y la herida del covid-19 sobre nuestras empresas y comercios está en muchos casos demasiado tierna, en otros en proceso de cicatrización y en muchos más, cuando estaba a punto de sanar, se ha visto reabierta y agravada por el impacto de la guerra rusa contra Ucrania.

Quiero decir con esta reflexión que el efecto del covid está lejos de estar superado. Bien lo saben los centenares de comerciantes, restauradores, tenderos… que todavía hoy, casi tres años después del primer confinamiento, pasan tremendas dificultades para mantener abierta la persiana. Más todavía si tenemos en cuenta que, cuando el sector empezaba a levantar cabeza, la crisis de precios y energética, ha vuelto a caer como un mazazo en nuestros negocios.

Conscientes de esta realidad, he decidido, y así lo hemos hecho público esta semana --una vez hemos tenido el visto bueno de la Mesa de Negociación al presupuesto de 2023, tras mucho trabajo y esfuerzos tras el bloqueo de las cuentas por una nueva sentencia urbanística del Partido Popular-- que vamos a mantener este año las medidas de estímulo fiscal y ayuda a nuestros comercios. Les aseguro que no es fácil, con la situación económica tan delicada que tenemos, tras destinar más de cinco millones de euros imprevistos a la lucha contra el covid-19, más de 60 millones de euros pagados en estos 12 años entre sentencias del urbanismo del barco pirata del Partido Popular y préstamos en los bancos y una factura energética multiplicada por tres en un solo año, renunciar al millón de euros que, en estos dos últimos ejercicios, hemos dejado de ingresar por el Plan de ayuda y estímulo fiscal que ahora prorrogamos. Lo hacemos porque sabemos que para nuestros comercios ha supuesto un balón de oxígeno importantísimo para superar las dificultades que nos han sobrevenido estos años. Pero no podemos obviar que la situación no es la misma que en el 2021 y, por eso, vamos a adaptar ligeramente este año las bonificaciones: un 95% del IBI --prácticamente, no pagar contribución-- para los comercios minoristas afectados por la crisis y para los locales de restauración sin terraza y un 50% del IBI para los bares y restaurantes con terrazas, que seguirán sin pagar tasas de ocupación y con la superficie ampliada.

Un millón de euros menos

La bonificación del 95% del IBI, que hemos aplicado en Vila-real de manera pionera y única, nos ha supuesto dejar de ingresar 700.000 euros en dos años, mientras que hemos dejado de recaudar otros 360.000 euros por mantener suspendida la tasa de terrazas. Pero estamos seguros de que vale la pena. Vale la pena estar al lado de nuestro comercio, ayudándole a mantener la persiana abierta, a seguir contratando empleados, a generar una ciudad viva y dinámica. Porque eso revierte también en una ciudad mejor y mucho más fuerte. Una nueva Vila-real del siglo XXI con más oportunidades para todos.

Recaudar menos, dejar de ingresar, requiere ajustes en el gasto, en un año que a todo lo anterior hemos tenido que hacer frente a sobrecostes en todo por la inflación, siendo paradigmáticos los dos millones más en la factura de la luz y decidiendo congelar los impuestos en la ciudad. Pero es momento de solidaridad, y de nuevo la ejercemos convencidos. Para que, trabajando juntos y juntas, Vila-real avance.

Alcalde de Vila-real

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