COSAS MÍAS

‘La castiza’, en Castelló

Antonio Gascó

Antonio Gascó

La reina Isabel II (la castiza) visitó Castelló el día el 2 de junio de 1845, con motivo de su viaje de Valencia a Barcelona. La ciudad contaba con un nuevo ayuntamiento presidido por José Ballester, el que fuera comandante de la milicia nacional, configurada a la voluntad del nuevo régimen, almizclado con la Pragmática Sanción de 1830. El jefe político era Antonio Fernández Golfín. Corolario de la filiación de los mandamases, no es de extrañar el magno recibimiento que prepararon a la joven reina, a su hermana Luisa Fernanda y a su madre María Cristina (que seguía mangoneando en política desde su retorno de París).

La capital presentaba su mejor aspecto con las casas del recorrido blanqueadas, iluminaciones nocturnas, tablados en que se ubicaron dos bandas de música en la plaza Mayor y todo el pueblo puesto en la calle para llenar de aclamaciones el itinerario. Las egregias huéspedes, recibidas por todas «las fuerzas vivas» en la entrada de la localidad, se hospedaron en la casa de Manuela de Pedro, viuda de Mas, ubicada en el inicio de la calle de Enmedio (la conocida como casa Doñana), una de las más suntuosas de la localidad.

Tal vez tenga razón de ser el hecho de que la hija de la dueña de la casa, la baronesa de la Puebla, residía en Barcelona en aquellos tiempos y esperaba allí a la soberana y a su madre, al término de su viaje. Lo propio hicieron los componentes de su séquito, en las mansiones de la alta burguesía local. Fue un sarao de lo más zarzuelero, al que bien pudo haberle puesto música Barbieri.

Cronista oficial de Castelló

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