El orgullo de la esfinge

Un enigma es una composición verbal que oculta una información o un dicho que no se alcanza a entender. O también una figura retórica o descripción de cosas por medio de términos oscuros. Al conjunto de enigmas o a la disciplina que los estudia suele llamársele enigmística, más o menos. Los antiguos eran muy aficionados a usarlas.

Una de los más famosos enigmas fue el de la Esfinge, que planteando enigmas mataba a los jóvenes interlocutores que no respondían a sus preguntas correctamente; un problema que hacía temblar a los habitantes de Tebas y mermar su población juvenil.

Un día, huyendo Edipo de Corinto hacia Tebas por la maldición pronunciada por el oráculo (mataría a su padre y se casaría con su madre sin conocer la verdad), se encontró con la Esfinge, la cual le formuló la conocida pregunta: ¿quién es el ser que tiene una única naturaleza, pero, de buena mañana, cuatro pies, luego dos y, finalmente tres? Edipo prestamente respondió: ¡el hombre! La esfinge conocía por primera vez la derrota y su orgullo no admitía el fracaso, lo cual hizo emprender el vuelo veloz, la huida hacia el mar, perecer en las aguas. Su orgullo la mató por no admitir la derrota.

Los orgullosos, dice la Biblia (salmo 10:4), están lejos de Dios, pues destruyen nuestra vida y las relaciones con los demás. De orgullosos está la historia llena. Ya decía Sófocles que todos los hombres se equivocan, pero un buen hombre sabe que su rumbo es erróneo y repara el mal. Pero hay tantas esfinges que todavía van por ahí sin suicidarse o retractarse…

Profesor

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