La rueda

Las autoconversaciones

CARLOS Hidalgo

Un soliloquio, procedente del latín soliloquium, viene referido a una reflexión que se realiza a solas, de manera interna o en voz baja, como una especie de autodiscurso, como una declamación subjetiva.

Se calcula que una persona dedica 14 horas al día a esa especie de monólogo interno. Aunque éste puede ser positivo o negativo, desgraciadamente la mayor parte del soliloquio (más del 80%) suele ser negativo. Y, uno de los problemas que generan estas autoconversaciones es que también se dan cuando nos relacionamos con otras personas, lo que hace que se genere una interpretación a partir solo de una mirada o unas pocas palabras.

Esto ocurre porque, como la mente aborrece los espacios en blanco, rellena todo lo que queda sin completar con lo primero que encuentra: miedos, culpa, vergüenza…, provocando, a menudo, malos entendidos. A pesar de todo, la autoconversación puede servir como forma de autorregulación, usando afirmaciones positivas que puedan ayudar a controlar los pensamientos. Porque una afirmación positiva, bien gestionada, nos puede hacer más resistentes a los trastornos del estado de ánimo. Una afirmación, por norma, es una declaración confiada de una verdad percibida. Y la repetición de este tipo de verdades, en forma de afirmaciones positivas, pueden mejorar nuestro estado de ánimo y ayudarnos a afrontar las adversidades con fortaleza, confianza y resiliencia.

Es importante no caer en ese positivismo tóxico que parece que obligue a estar siempre felices. Hemos de permitirnos sentir tristeza y frustración, y no sentirnos culpables si no logramos un resultado esperado. Debido a que en todo momento tenemos conversaciones internas, y que nuestro comportamiento se basa en esas conversaciones, es lógico pensar que, si se logra cambiar el diálogo interno, se pueden modificar conductas nocivas. Por esto es importante recordar el dicho: «Cuida como le hablas a los demás, pero primero cuida cómo te hablas a ti mismo».

Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)

Suscríbete para seguir leyendo