EL TURNO

Temps de festa

Andrés Martínez

Andrés Martínez

Con el ambiente envuelto en pólvora fallera, haciendo un repaso rápido a las últimas semanas, no podemos más que atestiguar que nuestra tierra es riquísima en manifestaciones tradicionales, festivas y culturales.

En los últimos días, a kilómetros de la capital de la fiesta josefina, vivimos las fallas en Benicarló; en estos días, estamos compartiendo con los vecinos de la capital su fiesta magdalenera y antes, hemos disfrutado con el carnaval de Vinaròs y el de nuestros respectivos pueblos, precedidos por las celebraciones de Sant Antoni Abad y así, recorriendo los meses, encontraríamos manifestaciones de nuestras tradiciones mes tras mes.

Este mes de marzo estamos viviendo semanas de intensa actividad que demuestra el carácter abierto, extrovertido, disfrutón y acogedor de las valencianas y valencianos. En la zona norte, donde nos encontramos, apostamos por la tradición, por la cultura, por su promoción y su desarrollo, así como más sinergias que se generan entre la agendas propias de cada pueblo. Todos suman.

Las fiestas patronales y la agenda festiva de nuestra tierra demuestran el talante respetuoso de nuestra gente por lo propio, algo que hay que preservar para las generaciones venideras. Las manifestaciones tradicionales de nuestras fiestas no pueden ser cuestionadas y relegadas del patrimonio cultural. Si no consideramos cultura aquello que hemos heredado del sentimiento y de la devoción de los antecesores de las actuales comunidades o pueblos, ¿qué nos queda?

Despertar el sentido crítico con las distintas corrientes de opinión encontradas es sano y necesario para la salud democrática de nuestro país, pero dejemos de cuestionar lo que nuestros ciudadanos viven y tienen más que claro.

Hablemos de cultura con minúscula y mayúscula con una sola voz. La cultura es un término generoso que es capaz de comprender el sentir de aquellos que vivimos las fiestas como la máxima manifestación cultural de nuestros pueblo, entendido este término en su más amplia dimensión. Hagamos un ejercicio de responsabilidad y no nos llevemos las manos a la cabeza cuando escuchemos que nuestras fiestas son cultura: lo son.

Alcalde de Peñíscola

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