Más o menos bien

Necesitaría algunas explicaciones

Con las gaiatas me pasa como con las pizzas: me gustan todas lleven lo que lleven

Ceremonia de entrega de premios a las gaiatas

Ceremonia de entrega de premios a las gaiatas / Erik Pradas

Enrique Ballester

Enrique Ballester

La Magdalena está bastante bien, pero siempre se puede mejorar. Por ejemplo, con el concurso de gaiatas se podría hacer como en el All Star de la NBA con los concursos de mates. Sentaríamos al jurado de expertos en una mesa, pondríamos a desfilar los monumentos por delante y después los jueces levantarían los carteles con las notas como si fueran Dominique Wilkins en el Madison Square Garden. Los que no entendemos muy bien qué convierte a una gaiata en ganadora o en perdedora necesitaríamos también algunas explicaciones. Con las gaiatas me pasa como con las pizzas: me gustan todas lleven lo que lleven. Comparo las gaiatas que ganan con las que no ganan y me siento igual que al observar los resultados del certamen Miss Vaca, que sé que es algo sin duda muy importante, pero no termino de captar por qué la vaca de Pontevedra es más guapa que la de Ourense.

Cuando era niño y sonaba el timbre de casa, a veces eran los de la gaiata. En esa época a las puertas de las casas solo llamaban los pobres, los testigos de Jehová y los de la gaiata. El reparto de comida a domicilio no era aún una práctica extendida. En esa época si llamaban a la puerta no era para dar, sino para pedir. Por eso a mí los de la gaiata me generaban cierta ternura. En mi cabeza infantil se desarrollaban estos pensamientos: veía a mis padres dar dinero a los de la gaiata y pensaba ‘qué buenas personas son mis padres que ayudan a esta pobre gente’. 

Para ser justo, diré que los de la gaiata también daban algo a cambio: el llibret. A mí eso me encantaba. Era lo más parecido a un álbum de cromos del barrio. Cuando reconocía a alguien en las fotos pensaba ‘fua, este es famoso, conozco a un famoso’. En Castellón somos muy impresionables con los famosos. Cuando vemos por la calle a un famoso decimos ‘este es famoso’. Cuando vemos a uno de Castellón en la tele decimos ‘mira, ese es de Castellón’. No podemos evitarlo. Eso en Madrid creo que no pasa. En Madrid ven a uno de Madrid en la tele y como si ven a Dominique Wilkins, ni se inmutan. En Madrid ven a uno de Castellón en la tele y dicen ‘mira, uno de Alicante’. 

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