A QUEMARROPA

Semana Santa en Castellón

La Pascua, la Semana Santa, es un tiempo de reflexión, de introspección. Sea como fuere, es un tiempo especial

Pablo Sebastiá

Pablo Sebastiá

Hoy no es día para hacer crítica política, aunque nuestros políticos nos den sobrados motivos para criticarles un día sí y otro también. Hoy no es día de hacer crítica social, pese a que esta sociedad, cada vez más infantilizada, nos aporte motivos para ponerla a parir un día sí y otro también. Hoy no es día para hacer crítica económica, aunque esta economía nacional nuestra esté malherida y sufra los sinsabores de unos tiempos que antaño fueron mejores.

Hoy es día de celebrar. De festejar. Tanto si uno es creyente como si no. Tanto si uno es religioso como si no. Tanto si uno es católico como si no. Hoy es día para disfrutar de la familia, de los amigos, del buen clima de esta bendita tierra, de nuestras playas y montañas, de nuestros pueblos y ciudades. Hoy es un maravilloso domingo para sentir la inmensa felicidad de estar vivo.

Un día de celebración

A todos los que intenten joder este día, que sin duda serán unos cuantos, no hay que hacerles demasiado caso. Tampoco digo, queridos lectores, que nos volvamos unos santurrones y dejemos que nos joroben el finde sin protestar. Pero tengamos un poco de manga ancha y dejemos que las cosas fluyan. Hoy es un día de celebración.

Hace años conocí a una familia muy religiosa que, durante la Navidad, festejaba el nacimiento de Cristo con inmensa felicidad. Al mismo tiempo, en Pascua no celebraban nada con alegría. Celebraban la pasión y muerte de Jesús con fervor religioso y cierto pesar. Pesar por el mundo que hemos construido. Conocer su modo de vivir y celebrar me conmovió profundamente. La Pascua, la Semana Santa, también es un tiempo de reflexión, de introspección. Sea como fuere, es un tiempo especial. 

Disfrútelo, querido lector.

Escritor

Suscríbete para seguir leyendo