Las cuarenta

Y Bob Voulgaris habló de la herencia del CD Castellón

Pepe Beltrán

Pepe Beltrán

Mientras el equipo sigue deambulando por estos pagos de la tercera división ordinal del fútbol patrio, sin saber ni quiénes saltan al campo en la lotería semanal de las alineaciones ni a qué juegan en la tómbola táctica de Albert Rudé, el presidente del Castellón se ha visto en la obligación --y puede que, implícitamente, por ese motivo apuntado en el introito-- de abrirse a la afición. Lo hizo primero a través de un conocido pod cast norteamericano y, ahora,en un prolijo comunicado. No es un gesto cobarde hacerlo de manera indirecta y no en persona, sino fruto de una estudiada decisión: la de evitar malas interpretaciones por la barrera idiomática y que el mensaje llegue tan nítido como las acciones, porque de eso se trata, de vender el trabajo que se realiza más allá de veleidades tan difusas como las del balón.

Ya era hora. Porque esta misma sección de mis fobias y desahogos le había pedido, por fas y por nefas, que hiciera público el estado en que se había encontrado el club: la herencia de Vicente Montesinos. Quiero suponer que por un exagerado sentido del decoro, o una mal entendida fidelidad institucional, que tanto monta, se hurtaba una información que, en puridad, no hará más que poner a cada uno en su sitio en la centenaria historia albinegra. Al que generó la deuda y al que la ha enjugado. Curioso que esos mismos datos se hubieran negado antes a la junta general de accionistas.

El motivo del cambio en esa política de comunicación no es baladí. Haralabos Voulgaris viene a reconocer de forma tácita las escasas opciones deportivas y reivindica su gestión. Lógico a tenor del dinero invertido y del temor a que la afición no se lo reconozca. Porque se ha fracasado estrepitosamente en el ascenso directo, en una ocasión quien sabe si irrepetible. Y la otra vía está por ver, porque la clasificación para la liguilla no se antoja fácil con los tropiezos de las últimas jornadas, y luego ya se fía todo al cruce con rivales de indudable entidad.

Pero una vez aclarado el escenario, los actores tienen la voz. Dice el escrito que, a 30 de junio de 2022, la SAD tenía deudas a corto plazo de casi cinco millones de euros y, con las reclamaciones históricas de quiebra en curso, la lista de acreedores llegó a los 157. Ergo, Montesinos agrandó incluso el agujero que en su día le dejó David Cruz. Después de años erigiéndose en salvador, con no pocos altavoces --¿patrocinados?-- entre la afición, ahora resulta que tiene que venir Bob para sentenciar lo que otros ya denunciábamos a cambio de no pocos insultos de quienes confunden periodismo con servilismo, ser fiel con lameculos.

Tampoco vale la pena incidir en la poca estructura o dirección en el organigrama del club, la falta de instalaciones, precariedades sin fin y hasta la mala praxis, que han obligado a recomprar los derechos de la tienda oficial o redefinir el rumbo de una Fundació tapadera de nóminas por doquier que ahora devienen finiquitos carísimos. Lo sustantivo tampoco es todo lo que se ha hecho en tan poco tiempo, ni siquiera denunciar tan triste legado, si no que hayamos tenido que esperar diez meses para saberlo. De haberlo hecho público antes hubiera generado más confianza y sinergias.

EN EL ADIÓS A PABLO SORIA. Traumatólogo y urólogo de formación, siempre será recordado por ser el médico del Club Deportivo Castellón durante décadas, faceta desde la cual conocí su calidad humana. Igual corregía, desde la privacidad, al periodista novel, como te animaba a una crítica más dura pero rigurosa. Fue, sobre todo, un albinegro sin par, capaz de perdonar deudas millonarias para evitar la desaparición de su club. Por eso me pareció rácano que solo recibiera un minuto de silencio en su recuerdo.

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