BABOR Y ESTRIBOR

El fascismo de Sánchez

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Sánchez Pérez se echa al monte cual maqui vencido dispuesto a morir matando. El mayor ególatra que ha alcanzado la responsabilidad de dirigir la nación, hundido por las urnas del 28M, se radicaliza en la más siniestra huida hacia adelante acontecida en la historia de nuestra democracia. Este cínico vendepatrias sale ahora con la desvergüenza de proclamarse el adalid de la defensa de las libertades, erigiéndose como única alternativa para salvarnos de la supuesta ola de fascismo que amenaza al Reino de España. Desde la irresponsabilidad más exacerbada, el mago de la trola pretende vender, de aquí al 23 de julio, la gran falacia de que la democracia española está en peligro, atizando el espantajo de las dos Españas y reverdeciendo aquel grito revolucionario que La Pasionaria copió de un general francés cuando la batalla de Verdúm: «No pasarán». Peligroso personaje al que el rotativo londinense The Times retrata con certera agudeza en su edición digital: «El temerario y autócrata Sánchez dispara su última bala».

Fracaso personal

El fracaso de la izquierda en el 28M, que es el fracaso personal de Pedro Sánchez, resulta ser el deseo de los ciudadanos expresado en las urnas. Los millones de votos que han pintado de azul la mayoría de autonomías, capitales y municipios, son la esencia misma de la democracia. Para Sánchez indican la amenaza de un fascismo que el Calígula de la Moncloa y sus colaboradores están dispuestos a fabricar para aventar el miedo e intentar salvar la poltrona, aun a costa de provocar un clima incendiario de resultado imprevisible. La verdad la ha dicho Otegi: «La gente no es tonta. Llevamos cuatro años sosteniendo el Gobierno». Y Sánchez alertando del fascismo, mientras cohabita con él.

Periodista y escritor

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