LA FIRMA DEL DIRECTOR

No olvidar a quien olvida

Ángel Báez

Ángel Báez

Las fechas vacacionales son el mejor bálsamo para desconectar de esas rutinas que, en ocasiones, nos lleva a apartarnos de lo que también es importante. El reencuentro con lo que fuimos para entender lo que somos es parte de esa desconexión necesaria. Y aquí, en tu vuelta a la infancia junto a quienes formaron parte de ella, es cuando recibes las noticias que siempre te gustaría conocer y las que no. En este último caso, la del mejor amigo y fiel confidente que perdió el disco duro de su memoria, sin derecho al reset, en una progresiva e injusta desconexión de la vida y sus argumentos.

Testigo clave

Tocado queda el relato de las acontecimientos si éstos no pueden ser compartidos, si falta el testigo clave de la vivencias, que destroza los anclajes del recuerdo difuso. Maldita la enfermedad que vacía las experiencias, la intelectualidad y el conocimiento de quien llegó a ejercer la medicina y la amistad. Dicen que es el mal de nuestros longevos tiempos, el peaje vital de una autopista que nos lleva cada día más lejos, pero el tributo suele ser insoportablemente alto cuando el contribuyente es tu amigo y conoces bien la base imponible de sus virtudes.

Toca esforzarme en remomemorar los episodios pasados, recuperar las miradas cruzadas y la complicidad en los momentos vividos. Quizá él no pueda compañarme en la exposición del relato, pero seguirá siendo actor principal --y de reparto-- en todos los episodios que dibujaron aquella infancia y juventud tan alejada y que hoy, desde mi desconexión, recupero para no olvidar a quien tanto olvida.

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