Suman y siguen los efectos del tsunami de los empastres urbanísticos del PP de Vila-real. Los últimos cinco años del Partido Popular en el gobierno de Vila-real, tras 16 años al frente de Ca la Vila, fueron un terremoto cuyas ondas expansivas siguen llegando ahora por la lentitud de la justicia. Y lo que es peor, seguirán llegando en los próximos años.
He dicho en muchas ocasiones, mientras el Partido Popular de Vila-real mira a otro lado, que nos costará 20 años sanear el Ayuntamiento de la deuda, las ilegalidades urbanísticas y los convenios de alto riesgo que el PP nos dejó en herencia por su nefasta gestión, sobre todo durante sus últimos cinco años. Tanto, que no tengo dudas de que, si en 2011 llegan a mantener el gobierno de Vila-real, quiebran la ciudad.
Durante la última campaña, dije que quien los ciudadanos y ciudadanas con sus votos decidieran que fuera su alcalde en las últimas elecciones, si trabaja para evitar la quiebra y para que la ciudad avance, tendría que dedicar más del 50% de su tiempo y energía a ser el administrador concursal de un Ayuntamiento con una alta deuda heredada y un alto riesgo de deuda. Olvidarse de esto, no luchar día a día por defender los intereses de la ciudad, despistarse y perder de vista esta prioridad, podría ser catastrófico para nuestro futuro.
Y en eso estamos. Como les contaba la semana pasada, de nuevo, un juez ha dictado sentencia, tras 13 años de lucha por parte de un propietario a quien el Partido Popular ocupó ilegalmente sus terrenos para construir el jardín de Botànic Calduch y el acceso peatonal al colegio del mismo nombre. Una ocupación ilegal, que una vez declarada así, a la hora de indemnizar al propietario, el afectado valoró en 4,3 millones, los técnicos del Ayuntamiento sostienen que el valor es de 829.000 euros y un perito judicial independiente cifra en 2,9 millones. Finalmente, estas últimas semanas se nos ha notificado una resolución judicial que acepta como valor del nuevo empastre del PP los 4,3 millones reclamados por el propietario, más los intereses. De nuevo la onda expansiva del terremoto urbanístico generado durante el gobierno del PP.
Son más de 35 millones de euros los que llevamos pagados ya por los empastres urbanísticos del PP en estos años. Sumados a los más de 20 millones en préstamos a bancos que nos dejaron en 2011, la factura de la herencia del PP en Vila-real supera ya los 55 millones... Si a esta cantidad sumamos los nueve millones de facturas en los cajones que nos dejaron por pagar cuando llegamos al gobierno municipal, hablamos de cerca de 65 millones de euros. Una cantidad brutal que podría haberse convertido en 100 millones si no hubiéramos defendido a la ciudad desde el primer minuto todo lo que hemos podido, negociando o luchando ante los tribunales, siempre anteponiendo la defensa de la ciudad.
Nada nuevo bajo el sol. Este nuevo varapalo urbanístico supone, una vez más, un duro revés, pero no nos puede hacer perder la esperanza en el futuro. Ahora, todo está de nuevo en manos de nuestros servicios jurídicos, con los que valoraremos la mejor decisión en defensa de los intereses de Vila-real.
Saldremos de esta como de tantas otras hemos salido y lograremos sanear nuestro Ayuntamiento. No ha sido es ni será una tarea fácil, pero lo haremos como hemos demostrado estos 12 últimos años. Una década en la que no solo hemos tenido que hacer frente a la crisis urbanística y de la deuda heredada del PP, sino a tres crisis internacionales más: la inmobiliaria, la pandemia del covid-19 y el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania, con una inflación y alza de costes energéticos brutal.
En este contexto, suman y siguen los efectos del tsunami de empastres del PP de Vila-real. Y ellos, mientras, ni una palabra. Ni están ni se les espera, como si esto no fuera con ellos. En fin… cada cual con su responsabilidad. Nosotros, con la nuestra: seguir trabajando para que, a pesar de los empastres urbanísticos del PP, Vila-real avance.
Alcalde de Vila-real
