Están asentadas entre los habitantes de la provincia dos convicciones. La primera, desde hace una década, que hay que tomar medidas contra la despoblación en el interior. Y la segunda, desde hace una legislatura, que los servicios sanitarios son un desastre.
Ante la necesidad de aportar medidas paliativas, la nueva presidenta de la Diputación ha anunciado su voluntad de acometer un plan para dotar a la provincia de helisuperficies que garanticen una respuesta más rápida ante las emergencias que surjan en las zonas de acceso más complicado.
Todos sabemos que una vez que nos adentramos cinco kilómetros hacia el interior, los desplazamientos en nuestra provincia se miden en unidades de tiempo, no de distancia. Nuestra privilegiada orografía de mar y montaña se convierte en un enemigo cuando se trata de responder a situaciones de emergencia sanitaria en los términos municipales más escondidos.
Ya Javier Moliner acometió mejoras en parques de bomberos y en la habilitación de helisuperficies en los ocho años que estuvo al frente de la Diputación. Ahora que Marta Barrachina ha asumido la vara de mando del Gobierno provincial, parece que ha decidido retomar este proyecto tan necesario, no solamente para los vecinos de los pequeños pueblos de nuestro territorio rural, sino para beneficiar a los miles de visitantes que cada fin de semana se escapan de las ciudades para disfrutar de nuestra riqueza interior.
Estoy convencido de que se trata de un proyecto con el que estarán encantados de colaborar tanto desde los ayuntamientos como desde el Consorcio Provincial de Bomberos, los primeros que llevan años alertando de esta necesidad.
Periodista