Los que tenemos la suerte de vivir en el paraíso (lo entiendo así porque miles de personas lo eligen para pasar sus vacaciones y estar unos días en la gloria), estamos tan acostumbrados a lo bueno, que perdemos la capacidad de valorarlo. Aunque este año todo es calor y calor y ola tras ola de calor; como sindicalista de UGT, soy incapaz de separarme de mi condición social, así que vaya donde vaya, tengo siempre el mundo del trabajo en la cabeza. Este verano he tenido la suerte de poder pagar, (que no es poco), la entrada a uno de los conciertos que se han celebrado en la Marina de Castellón, por lo tanto, pude verlo, oírlo y disfrutarlo. Un músico excepcional. ¡Durante el concierto fui feliz! No me decepcionó, sino todo lo contrario; pero no pude evitar recordar una de las noticias curiosas de este verano: «La cantante Taylor Swift regala 55 millones de dólares a sus empleados». ¡Qué mundo tan desigual! Es de celebrar que una empresaria decida compartir el éxito de una campaña con sus empleados y reparta entre todos ellos una cantidad tan importante. ¡Según algún medio de comunicación, un conductor de camión recibió 100.000 dólares! Ante este recuerdo pensé en los trabajadores de aquel concierto, el personal de sala, el de limpieza, los dependientes de las barras de bebida, los técnicos de sonido, los de iluminación y por supuesto, los camioneros de producción. Era un viernes por la noche, conociendo los convenios de Castellón y un poquito a los empresarios, la mayoría de aquellos trabajadores cobrarían unos 10 euros la hora, pensé. Tampoco había demasiados; ¿50 personas? ¿Cuánto cobrará el artista? ¿Y cuánto la organización? Por aportar algo más de información, diré que cada entrada costaba 52 euros. (Con una entrada se paga un trabajador. Ya sabéis que es cultura y debe estar al alcance de la mayoría).
Curioseando por internet pude conocer que el artista percibe unos 40.000 euros por concierto. ¿Cuántos 50 euros, que aproximadamente puede cobrar un trabajador de seguridad o de sala, o de limpieza, caben en 40.000? Esta es muy fácil, 800. Está clarísimo que el mundo está lleno de desigualdades, situaciones complejas, contradicciones inexplicables. ¿Por qué sigue habiendo españoles que marchan a Francia a la vendimia, mientras que a España vienen a recoger la uva trabajadores de otros países?
Los precios no paran de subir por la inflación, los empresarios suben los precios de los productos y los servicios porque, dicen, no pueden mantener los que tenían. Los que más suben son los artículos de primera necesidad, pero algunos economistas concienzudos dicen: los salarios de los trabajadores deben mantenerse, no pueden subir.
Como responsable de una Federación de UGT de Castellón, os diré que no nos ha llamado ningún representante empresarial para decirnos: «Oye, somos conscientes que al estar subiendo todo la capacidad de compra de los trabajadores, con los salarios que tenemos pactados, disminuye; así que estamos pensando, que lo mismo que subimos el precio de nuestros servicios, debemos subir los salarios de los trabajadores. Vamos a sentarnos y lo negociamos». No, eso no ha pasado y me temo que no pasará.
Secretario General de FeSMC Comarques de Castelló
