El Periódico Mediterráneo

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Pablo Sebastiá

A quemarropa

Pablo Sebastiá

El indomable bosque del río Seco

La desembocadura del río Seco, el tramo que va desde la rotonda de los caballitos hasta el aeródromo, junto al mar, se ha convertido en un gran parque. En un bosque. En una zona forestal. No solo resulta excesiva la vegetación baja, no solo hay cañas, arbustos, plantas florales y demás.ay árboles. Grandes árboles, dignos de ocupar un notable espacio en el mejor de nuestros parques y jardines. Es indiscutible que, cuando el río baje con fuerza, cuando el agua arrase con todo, en la marjaleria de Castellón sufriremos graves problemas.abrá inundaciones. Los vecinos tendrán que recurrir a los bomberos y a la policía. Se liará parda.

La administración pertinente, ya sea autonómica o nacional, siempre he tenido dudas al respecto, pasa de mantener el cauce del río en condiciones como pasa de comer mierda. Permítanme la grosería. Créanme cuando les digo que en ese tramo del cauce del gran barranco que atraviesa la capital de la Plana es un auténtico vergel. Los árboles de lo que les hablo han crecido gracias a la abundante humedad de esos pocos kilómetros. Y no han crecido en un añito.ay grandes árboles, de diez metros de altura y troncos robustos, que se alzan majestuosos, orgullosos de sí mismos, en pleno cauce. Cuando la gota fría de turno haga acto de presencia, y este fin de semana estamos en estado de alerta por una DANA, veremos qué pasa.

Esta situación no es nueva. Desde que tengo memoria recuerdo que la desembocadura del río se encuentra así. ¿Tanto le cuesta a la confederación hidrográfica de turno mantener el cauce limpio? Me temo que es una cuestión de falta de voluntad. Y ya sabemos todos de sobra que más vale prevenir que curar.

Escritor

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