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Jose Benlloch

A FONDO

José Benlloch

Paso subterráneo ya

Hasta que logremos acabar con la pasarela, al menos que lo que tenemos funcione

Siempre digo que, en estos años de gobierno municipal, hemos tenido que gestionar no solo el presente y el futuro, sino también dar respuesta a la madeja de empastres que nos legó la gestión de la ciudad por parte del PP. No son pocos los que hemos ido resolviendo y pagando en esta última década --con más de 35 millones de euros en sentencias urbanísticas pagados hasta la fecha--, pero hay algunos que aún no hemos logrado resolver y que me duelen especialmente. Uno de ellos, la monstruosa pasarela elevada sobre la estación de trenes que nos encontramos sobre la mesa cuando entramos a gobernar en 2011 y que, pese a una lucha política continua y unánime y un clamor social, todavía está ahí.

La pasarela elevada de la estación no solo es terrible por su impacto urbano y de seguridad. Es, sobre todo, una infraestructura que se ha demostrado tremendamente ineficaz y que vulnera el derecho de la accesibilidad universal para las personas con discapacidad y con movilidad reducida. ¿Por qué? Pues porque los ascensores nunca funcionan y, cuando lo hacen, son lentos e ineficaces.

Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones, hemos reclamado a Adif y a Renfe una solución definitiva a la pasarela, mociones en el pleno, reuniones… y aunque parece que las cosas avanzan, cuando se trata de garantizar el derecho fundamental a la accesibilidad de todas las personas no podemos esperar. No nos gusta lo que tenemos; pero, de momento y, hasta que logremos acabar con la pasarela y que el Gobierno construya un paso subterráneo, al menos que lo que tenemos funcione. No hoy ni mañana; siempre.

Accesibilidad universal

Por eso, hemos remitido una denuncia formal ante la Oficina de Atención a la Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 para que abran una investigación sobre las deficiencias de los ascensores de la estación de trenes de Vila-real, por el incumplimiento que pueden suponer de la legislación que garantiza la accesibilidad universal a las personas con discapacidad y otros usuarios con problemas de movilidad por el deficiente funcionamiento de los ascensores de la estación de tren de Vila-real que gestionan Renfe y Adif.

No es posible que una persona con movilidad reducida, que utiliza silla de ruedas, una persona mayor o una familia con un carrito de bebé quieran utilizar el transporte público y no puedan hacerlo porque los ascensores que dan acceso al andén no funcionan y, por motivos obvios, no pueden hacer uso de las escaleras y pasarela de vértigo que constituye el único acceso peatonal a la plataforma. Un sinsentido intolerable, que llevamos ya demasiado tiempo tolerando. Ya no valen los peros ni los matices.

Quiero agradecer al CERMI-CV --el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunitat Valenciana-- y a su presidente, Luis Vañó, que se haya sumado a nuestra denuncia ante la Oficina de Atención al Discapacitado del Gobierno y a todos los grupos políticos la unanimidad que siempre han mostrado en este asunto. La dignidad y la igualdad no entienden de colores. Es importante que una entidad como el CERMI-CV se sume a esta denuncia y confiamos que, ahora sí, Adif y Renfe resuelvan de una vez por todas los continuos problemas y deficiencias de mantenimiento de los ascensores, mientras el Gobierno atiende la reivindicación de Vila-real de suprimir una pasarela completamente ineficiente y obsoleta para construir el paso subterráneo que merecemos.

Se acabaron los parches

No puedo acabar estas líneas sin pedir disculpas a todas las personas que han podido verse y se ven afectadas por el mal funcionamiento de estos ascensores. Porque, aunque no sea competencia municipal, nadie debería verse en la situación de no poder acceder a una infraestructura y un servicio que pagamos entre todos y todas. Si queremos una nueva Vila-real del siglo XXI, una sociedad del siglo XXI, inclusiva y accesible, no podemos tener el acceso al tren a través de una pasarela imposible y unos ascensores que nunca funcionan. Se han acabado los parches; necesitamos una solución definitiva. Paso subterráneo ya.

Alcalde de Vila-real

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