Siempre digo que, en estos años de gobierno municipal, hemos tenido que gestionar no solo el presente y el futuro, sino también dar respuesta a la madeja de empastres que nos legó la gestión de la ciudad por parte del PP. No son pocos los que hemos ido resolviendo y pagando en esta última década --con más de 35 millones de euros en sentencias urbanísticas pagados hasta la fecha--, pero hay algunos que aún no hemos logrado resolver y que me duelen especialmente. Uno de ellos, la monstruosa pasarela elevada sobre la estación de trenes que nos encontramos sobre la mesa cuando entramos a gobernar en 2011 y que, pese a una lucha política continua y unánime y un clamor social, todavía está ahí.
La pasarela elevada de la estación no solo es terrible por su impacto urbano y de seguridad. Es, sobre todo, una infraestructura que se ha demostrado tremendamente ineficaz y que vulnera el derecho de la accesibilidad universal para las personas con discapacidad y con movilidad reducida. ¿Por qué? Pues porque los ascensores nunca funcionan y, cuando lo hacen, son lentos e ineficaces.
Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones, hemos reclamado a Adif y a Renfe una solución definitiva a la pasarela, mociones en el pleno, reuniones… y aunque parece que las cosas avanzan, cuando se trata de garantizar el derecho fundamental a la accesibilidad de todas las personas no podemos esperar. No nos gusta lo que tenemos; pero, de momento y, hasta que logremos acabar con la pasarela y que el Gobierno construya un paso subterráneo, al menos que lo que tenemos funcione. No hoy ni mañana; siempre.
Accesibilidad universal
Por eso, hemos remitido una denuncia formal ante la Oficina de Atención a la Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 para que abran una investigación sobre las deficiencias de los ascensores de la estación de trenes de Vila-real, por el incumplimiento que pueden suponer de la legislación que garantiza la accesibilidad universal a las personas con discapacidad y otros usuarios con problemas de movilidad por el deficiente funcionamiento de los ascensores de la estación de tren de Vila-real que gestionan Renfe y Adif.
No es posible que una persona con movilidad reducida, que utiliza silla de ruedas, una persona mayor o una familia con un carrito de bebé quieran utilizar el transporte público y no puedan hacerlo porque los ascensores que dan acceso al andén no funcionan y, por motivos obvios, no pueden hacer uso de las escaleras y pasarela de vértigo que constituye el único acceso peatonal a la plataforma. Un sinsentido intolerable, que llevamos ya demasiado tiempo tolerando. Ya no valen los peros ni los matices.
Quiero agradecer al CERMI-CV --el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunitat Valenciana-- y a su presidente, Luis Vañó, que se haya sumado a nuestra denuncia ante la Oficina de Atención al Discapacitado del Gobierno y a todos los grupos políticos la unanimidad que siempre han mostrado en este asunto. La dignidad y la igualdad no entienden de colores. Es importante que una entidad como el CERMI-CV se sume a esta denuncia y confiamos que, ahora sí, Adif y Renfe resuelvan de una vez por todas los continuos problemas y deficiencias de mantenimiento de los ascensores, mientras el Gobierno atiende la reivindicación de Vila-real de suprimir una pasarela completamente ineficiente y obsoleta para construir el paso subterráneo que merecemos.
Se acabaron los parches
No puedo acabar estas líneas sin pedir disculpas a todas las personas que han podido verse y se ven afectadas por el mal funcionamiento de estos ascensores. Porque, aunque no sea competencia municipal, nadie debería verse en la situación de no poder acceder a una infraestructura y un servicio que pagamos entre todos y todas. Si queremos una nueva Vila-real del siglo XXI, una sociedad del siglo XXI, inclusiva y accesible, no podemos tener el acceso al tren a través de una pasarela imposible y unos ascensores que nunca funcionan. Se han acabado los parches; necesitamos una solución definitiva. Paso subterráneo ya.
Alcalde de Vila-real