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Basilio Trilles

BABOR Y ESTRIBOR

Basilio Trilles

La amnistía exprés, en el aire

El resultado envenenado del 23J desveló lo más insano de la política: el interés por encima de la ética

El panorama comienza a resultar menos alentador para el dúo Pedro Sánchez/Yolanda Díaz en esa negociación con el delincuente Puigdemont que tiene asombrado al mundo libre, incluida a gran parte del Reino de España. El lunes, desde el conglomerado de partidos Sumar se ponía en duda la posibilidad de aprobar una ley de amnistía antes de la hipotética investidura de Sánchez, una vez fracasado el intento de Núñez Feijóo el próximo día 27, según guion previsto. Para Jaume Asens, dirigente de Comuns y coordinador del equipo jurídico que trabaja por orden de Díaz en la elaboración de un dictamen sobre el referido texto para exonerar a Puigdemont y mantener a Sánchez en la Moncloa, el asunto técnico/legislativo necesita de más tiempo. Por lo que Asens afirmó: «Es forzar mucho la máquina. No sé si se podrá hacer». De mantenerse Puigdemont en sus trece, el gozo de Sánchez y Díaz quedaría en un pozo. El día antes de semejante cambio estratégico, en la Cumbre de Nueva Delhi, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno, aseguró a los líderes del G20 que Sánchez seguirá siendo el jefe del nuevo Ejecutivo. Empero, el giro de Sumar ahonda en la posible repetición electoral en enero del 2024. A no ser que el prófugo Puigdemont rebaje sus exigencias y, cosa poco probable, confíe en la palabra del dúo que a día de hoy dirige este país. De momento los separatistas exigen hechos mediante una ley de amnistía exprés en tiempo relámpago. Extremo difícil, después de lo dicho por Asens horas antes de la manifestación de la Diada en Barcelona, que resultó una aclamación al de Waterloo. Sorpresivo nuevo discurso de los de Díaz, coincidiendo con la jornada reivindicativa del separatismo, con facciones catalanistas extremistas en contra del proceso de negociación. Interesante.

Metamorfosis

El resultado envenenado del 23J desveló lo más insano de la política: el interés por encima de la ética. Desde aquel día el huido Puigdemont pasó a ser un interlocutor válido, con quien era preciso llegar a un acuerdo por el bien general de los españoles y en particular de Cataluña. En solo dieciocho días, la ya conocida capacidad de metamorfosis de Pedro Sánchez, y sus colaboradores, volvió a demostrar que sigue careciendo de límite moral. El 5 de julio el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) retiró la inmunidad a Puigdemont. Ese mismo día podíamos leer en las páginas del órgano del sanchismo reveladoras declaraciones de sendos ministros. Pilar Alegría, titular de Justicia, decía: «Es un espaldarazo y un respaldo indudable a las instituciones y a la justicia española y también al Parlamento Europeo». Alegría fue más allá: «Dejémonos de paños calientes. El ciudadano Puigdemont debe presentarse ante la acción de la justicia. Esa es su obligación como ciudadano». El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, hizo hincapié en que «está más cerca» de rendir cuentas ante la justicia, argumentando: «Al señor Puigdemont se le paró el reloj en 2017». Semanas después los relojeros Sánchez y Díaz decidieron engrasar y dar cuerda al reloj de Puigdemont. Simplemente porque lo necesitan.

Allende nuestras fronteras sorprende la encrucijada que vive España, así lo recogen los principales periódicos europeos y de los EEUU. El editorial del The Washington Post del 31 de agosto dejaba lugar a pocas dudas: España es rehén de una facción de extremistas regionales rupturistas. Más adelante el prestigioso rotativo aseveraba que si el Ejecutivo español de Sánchez cede a las exigencias de los partidos separatistas: «Solo servirá para subvertir el modelo de democracia vibrante y pluralista, que Europa se ha esforzado por representar». Tras el editorial, Díaz se arrojó a los brazos de Puigdemont.

Periodista y escritor

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