RECONTRA

Tranquilos... es irrompible

España no se rompe por muchas y variadas razones: porque no le interesa a nadie, ni siquiera a los independentistas

Vicent García Nebot

Vicent García Nebot

En tiempos de obsolescencia programada, en que un electrodoméstico te dura el tiempo que haya programado el vendedor que deba durar, o tiempos en los que el matrimonio (por suerte) ya no es para toda la vida, quieran o no quieran los consortes, ya sé que es difícil creer que algo te va a durar para toda la vida o incluso mucho más.

Por eso es muy fácil creer que todo es frágil, endeble y que puede hacerse añicos en cualquier momento a la más mínima presión, descuido o caída.

Aquí es donde entra la estrategia de los agoreros y su mensaje de que «España se rompe» y el miedo que llevamos en el cuerpo desde los Reyes Católicos allá por 1492.

Admiración y sorpresa

Hay una frase que imputan al canciller alemán Otto von Bismarck, artífice de la unificación alemana en 1871 que decía sobre nuestro país que: «España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido». Seguramente no sea de él la frase y sea de Alfonso Guerra, pero qué más da. Estoy seguro de que el viejo canciller alemán nos miraba con admiración y sorpresa. 

Nosecuantas guerras civiles (austrias y borbones, isabelinos y carlistas, nacionales y rojos, voxistas y ferracistas) y no hay manera. Esto no se rompe. 

Ahora bien, España no se rompe por muchas y variadas razones: porque no le interesa a nadie, ni siquiera a los independentistas utópicos. Porque estamos dentro de Europa y no es concebible un Spainxit. Porque al españolito y a la españolita de a pie le importa un pimiento si Puigdemont está en Waterloo o está en Sitges.

Y, sobre todo, porque el mundo esta hecho de intereses y el interés, hoy, es estar todos juntitos, tranquilos y en Europa.

Urbanista

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