LA RUEDA

Es lo que hay

Vicent Zaragoza

Vicent Zaragoza

Querido/a lector/a, la sesion del Congreso de Diputados (aunque se celebró en el Senado) del miércoles pasado, y en el que el gobierno de España salvó, a última hora y por los pelos, dos de los tres decretos que presentaba, sigue señalando la indiscutible precariedad del gobierno. Sin duda alguna. Negarlo, por mi parte, sería un acto de irresponsabilidad que evitaría la autocrítica necesaria, la que debe ayudar a la posible solución. Pero, a pesar de esa evidente fragilidad, manifiesto de salida, porque me lo pide el cuerpo y no quiero que haya ninguna confusión en cuestión tan trascendental, que según mi criterio, claro, la alternativa no pueden ser aquellos que, llámense PP o Vox, a la vez que no son fecundos ni útiles para la sociedad porque no presentan soluciones, alternativas, ahora solo piden ilegalizar partidos o, peor aún, se manifiestan diariamente frente a Ferraz reivindicando los valores de un tiempo pasado que por violar los derechos humanos nos debería avergonzar.

Soberanía popular

En conclusión y por sacar alguna lección positiva de la angustia que sufrieron ministros, diputados, sociatas de pura base, gente de progreso... el gobierno del PSOE y de Sumar, de Pedro Sánchez y de Yolanda Díaz, debe entender y asumir, de verdad, que ya han pasado los tiempos del bipartidismo y, durante los próximos cuatro años el número de diputados de sus dos partidos no les da la mayoría absoluta. Circunstancia que les exige reconocer y aceptar con humildad un par de detalles: que esa limitada mayoría parlamentaria surge del voto y la soberanía popular y que, al tiempo, genera una compleja pluralidad (socialdemócratas, republicanos de izquierda, burguesía independentista…) que (porque comparten algunas políticas sociales) respaldan al gobierno y deben respetar. Es decir, deben saber que están obligados al diálogo y a la negociación, con tiempo y formas, para ajustar y asegurar que los objetivos de las propuestas que el gobierno quiera presentar también rindan al interés de las diferentes sensibilidades. Es lo que hay.

Analista político

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