Babor y estribor

Ternera y Évole

Durante la entrevista no hubo ni un atisbo de arrepentimiento en el discurso criminal de este Hannibal Lecter nacional

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Con repugnancia he visto la entrevista de Évole al asesino Josu Ternera, un desperdicio del pseudoperiodismo en el que pude corroborar la bajeza moral de un sujeto cuya vida ha estado dedicada a sembrar muerte y terror. Ni un atisbo de arrepentimiento en el discurso criminal de este Hannibal Lecter nacional. Hay varios de igual catadura en las cárceles o prófugos de la justicia. Una colección de asesinos en serie. En Ternera vienen reflejadas la detritus ética, la ausencia de humanidad y la irreversible violenta ideología nutrida con la semilla del mal. El rostro de Ternera expresaba nítidamente la canallada que regó de sangre las calles y plazas de España durante décadas. 

Ya en septiembre, con ocasión de la proyección del denominado falso documental 'No me llame Ternera', una interviú de ventaja para el entrevistado, una parte de la sociedad civil vasca e intelectuales de toda España manifestó el más absoluto rechazo a que uno de los mayores depredadores de la mafia etarra resultara protagonista en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, denunciando el indecente intento de blanqueamiento de Ternera. Y, por ende, de todos los demás pistoleros que hoy reciben trato exquisito en las cárceles vascas y prebendas del sistema penitenciario de aquella autonomía, o placenteramente acogidos en países como Venezuela, Cuba y otros de igual tenor. Surgen sospechas de un intento de blanqueamiento etarra en las negociaciones secretas entre Otegi y Sánchez. ¿O es que Bildu apoya al presidente gratis et amore?

Respecto a Miguel Ángel Blanco, Ternera tuvo el detalle de decir que aquella acción (asesinato) fue una equivocación estratégica de ETA. Évole, envarado, lo dejó escapar indemne. H

*Periodista y escritor

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents