Felonía consumada

El poliédrico personaje que encarna Pedro Sánchez resulta fascinante para un escritor de novela negra, cuyo plano de killer político ya definió Pérez Reverte. Ayer Sánchez salió sonriente del Congreso, tras consumarse la felonía que le permite subsistir en el principal sillón de la Moncloa, repuesto del declive emocional tras aquellos cinco días de reflexión. «El fin justifica los medios», la manida frase de Maquiavelo la tiene escrita Sánchez hasta en las paredes de los retretes oficiales. Resulta que ahora ha trascendido que el jefe del Ejecutivo conocía la situación de investigada de su esposa el mismo día que redactó y envío a la sufrida ciudadanía aquella carta de dolorido enamorado. ¿Y qué? Pelillos a la mar, semejante trasunto teatral ya es historia. Begoña resulta un eslabón más de la estrategia sanchista en el actual escenario político, cuya polarización trae inquietantes realidades reflejadas en la crispación vivida durante la sesión de aprobación de la cuestionada ley de amnistía, con serias dudas de ser constitucional. Cómo aplicarla deberá dirimirse en los tribunales de justicia de nuestro Estado de Derecho.

El cinismo risueño de Sánchez ni siquiera se vio perturbado por la inmediata reacción de los independentistas, ufanos de la victoria histórica a cuenta de la claudicación, por pura necesidad de mantenerse en el poder, de quien dijo hasta el día de las elecciones generales que jamás cedería a la extorsión de conceder la amnistía. Desde Junts han colgado un vídeo que recomiendo: mofa y befa de Sánchez. Peligroso circo.

Periodista y escritor