Opinión | A FONDO

Más unidos que nunca

La unión es garantía de éxito. Lo demuestra nuestra historia, cuando la suma de voluntades ha logrado superar cualquier crisis, por trágica que fuera. El esfuerzo colectivo que asegura el avance y progreso. Hoy nos duele ver que hay quienes siembran discordia para crear diferencias y sembrar odio. Que avalan con su silencio comportamientos que deberían pertenecer al pasado en una sociedad civilizada que mira al futuro. La quema de la fotografía del presidente de la Generalitat Valenciana es un delito. Y apoyar con la callada por respuesta a quienes lo cometieron ejerce un flaco favor al Estado de derecho. El 19 de agosto, las fiestas del barrio de Gracia en Barcelona fueron escenario de una patochada, como bien ha descrito Carlos Mazón. Un colectivo separatista decidió quemar una imagen de quien hoy dirige la institución que representa la soberanía de todos los castellonenses, valencianos y alicantinos. Y contra esta falta de respeto y desprecio, los castellonenses no vamos a quedarnos callados.

Nos preguntamos qué opina el PSOE de este acto teñido de odio. Qué opina su máximo dirigente, Samuel Falomir, que pasada más de una semana sigue sin pronunciarse. No se trata de una cuestión ideológica, es un deber moral. Porque las personas representan instituciones y la Presidencia de la Generalitat Valenciana representa al conjunto de los ciudadanos de esta provincia que esperan que, ante los delitos de odio cometidos contra la institución, quienes les representamos nos pronunciemos con firmeza y contundencia. El PSOE guarda el mismo silencio que Compromís. ¿Dónde está la defensa de la tierra? ¿Dónde el orgullo tantas veces enarbolado por sus filas para proteger a la Comunitat Valenciana? De nuevo, silencio.

Siglas y servilismo

Quizás sea la mayor evidencia de quiénes son en realidad. El PSPV de Castellón sigue arrodillado, como lo hizo durante los ocho años de gobierno de PSOE y Compromís al frente de la Generalitat Valenciana. Se impuso el servilismo a las siglas frente al servicio al ciudadano. Y es así como callaron primero y luego cayeron de rodillas para dejar de defender a nuestra tierra. Compromís le siguió a la zaga. Y hoy sigue jugando a hacer guiños a un independentismo con el que desea aliarse para convertirnos a una nueva religión, la dels Països Catalans. Ni ha existido, ni existe, ni existirá. Las invenciones son fruto del fanatismo y los radicales acaban desapareciendo por autocombustión. Somos castellonenses, valencianos y españoles. Orgullosos de la riqueza de una provincia con una historia compartida, herederos de una cultura común que engrandece las diferencias entre provincias y españoles convencidos del poder de la Constitución y el valor de la democracia. Hoy apelamos a esa unidad porque es el germen del desarrollo y la mejor aliada del progreso. Solamente unidos hemos alcanzado cuotas de bienestar que son los pilares de nuestro Estado de derecho. El que hoy el PSOE, con el presidente del Gobierno al frente del Ejecutivo estatal, torpedea con acuerdos inconstitucionales.

El concierto catalán con el que Pedro Sánchez ha logrado investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña siembra la diferencia entre las autonomías para convertirnos en ciudadanos de segunda.

No se trata de una cuestión ideológica, sino de nuestras vidas. Porque una infrafinanciación nos hace daño como individuos y como sociedad.

Merma de servicios sociales

Recibir menos transferencias del Gobierno de España porque toca pagar más al independentismo se traduce en una merma de los servicios sociales, la sanidad y la educación. Lo sufres cuando las prestaciones en atención a vulnerables caen, cuando los recursos para nuestros mayores se ven recortados o cuando la atención para nuestros jóvenes se ve alterada. Recibir menos dinero del Gobierno de Sánchez se traduce en el alza de las listas de espera quirúrgicas, en tratamientos sanitarios que tardan meses en llegar o retrasos injustos en consultas para obtener una prescripción del médico de familia. La educación es otra de las dianas de este concierto económico que ha pactado Sánchez con ERC y que se traduce en menos fondos para construir colegios, menos recursos económicos para comprar equipamientos y una solvencia más pobre a la hora de garantizar la educación pública y de calidad que merecen nuestros hijos.

Y todo esto sí te afecta. Nos afecta a todos. Y es lo que ha pactado Pedro Sánchez con el separatismo catalán. Ese que hoy sale a la calle para cometer delitos de odio que la izquierda silencia. Ese que siembra la diferencia, pretende levantar fronteras y prende fuego a nuestra tierra. No lo vamos a consentir. Porque cuanto más nos ataquen más unidos estaremos para defender con orgullo nuestra identidad. Castellonenses, valencianos y españoles. ¡Con la cara bien alta!

Presidenta de la Diputación de Castellón

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