Opinión | MIRADA ABIERTA

Manos a la obra

El problema de acceso a la vivienda está generando un ruido ensordecedor. La multitudinaria manifestación del pasado fin de semana muestra el gran malestar social existente y que las personas afectadas han decidido pasar a la acción incluso lanzando propuestas como la huelga de alquileres, inspirada en la experiencia de Toronto.

Las noticias nos informan a diario sobre los precios medios de alquiler o compra de viviendas en España, la Comunitat Valenciana, nuestra provincia o municipio, con noticias alarmantes sobre su constante aumento por encima del crecimiento de los salarios y el consecuente incremento del esfuerzo de las personas y familias para financiar su techo.

Sin embargo, echo en falta información desagregada que nos permita dimensionar el problema, diseñar adecuadamente las políticas y definir el horizonte temporal para su implementación.

Interrogantes

Y sería bueno conocer algunos datos: ¿cuál es el déficit de vivienda en la Comunitat Valenciana, a dia de hoy? ¿Y el de las principales ciudades? ¿Qué municipios son los más afectados? ¿Cuántas viviendas son necesarias para albergar los nuevos hogares creados? ¿Cuántos solares disponibles hay en los municipios más afectados? ¿Cuántos son públicos? ¿Qué medidas se pueden arbitrar en el corto, medio y largo plazo?

Sabemos que la política de vivienda es una competencia exclusiva de la Generalitat valenciana, pues así viene recogido en nuestro Estatut de Autonomía. Sin embargo, los municipios disponen de información clave y pueden tener una actitud proactiva recogiendo los datos necesarios para el diseño de las políticas. Porque si no hay datos no se puede hacer un buen diagnóstico y sin diagnóstico difícilmente se podrán diseñar soluciones adecuadas para abordar el acuciante problema habitacional.

Si no hay datos las propuestas o iniciativas que se anuncien pueden resultar insuficientes o requerir largos plazos de ejecución. Y esto no solo no resuelve el problema, sino que genera frustración colectiva y agudiza el malestar social.

Economista

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