¡Cómo está el patio!

¡Cómo está el patio, señores! Estamos que lo regalamos. Lo tiramos. Lo damos todo. ¡Lo petamos!

España no va bien. La economía trampea. La convivencia se resquebraja. El debate ya no existe, solo el insulto es válido. La seguridad ciudadana padece. La seguridad jurídica también sufre. La salud pública se mantiene pese a la incompetencia de quienes nos dirigen. Crucemos los dedos. ¿Qué nos queda? El fútbol. Siempre el fútbol. El verdadero salvapatrias.

Pedro Sánchez está acorralado. Su mujer, su hermano, el fiscal general, sus ministros y hasta él mismo están en el ojo del huracán. Jamás se había visto tanta debilidad, y a la vez tanta maldad, en un Gobierno de España. Lo de Ábalos es de traca. Y lo de Koldo ni les cuento. ¿Y lo de Ciudad Real, qué les parece?

La ocurrencia de convertir el aeropuerto de Ciudad Real en una especie de campo de concentración para inmigrantes sin papeles es digna de una novela de ciencia ficción. O de terror. O ambas cosas.

Nazismo en estado puro

Les recomiendo ver, queridos lectores, la película de Clive Owen titulada Hijos de los hombres. Fascismo, nazismo, estalinismo en estado puro.

Cuando el mal se vuelve legal, el ser humano pierde. Si el malvado Pol Pot levantara la cabeza fliparía con semejante ocurrencia. Si Ceaucescu pudiera ver en qué se está convirtiendo Europa, se descojonaría de la risa. Si Mao Zedong hubiera sabido que sus aberrantes prácticas podrían ser copiadas por la democrática España del siglo XXI…