Opinión | A FONDO
La gran mentira: el PP y la basura
Ya en sus cines. Hay mentiras que huelen tan mal que no hay forma de esconderlas, por más que intenten perfumarlas… El último capítulo en la saga del PP se titula El basurazo, un relato donde ellos, por supuesto, son los buenos y Pedro Sánchez repite papel como villano. Pero, ¿qué hay detrás de esta película? Spoiler alert: lo de siempre, mucho humo y falsas promesas.
Después de anunciar a bombo y platillo que bajarían los impuestos, los populares se han topado con la cruda realidad: no pueden cumplir. ¿Y cuál es la solución cuando no pueden afrontar lo prometido? Fácil: culpar a otros. Este es el verdadero origen de la farsa. ¿Por qué el Partido Popular ha tejido toda esta historia? ¿Por qué insiste en distorsionar la realidad? Simple: pura desesperación.
La narrativa del basurazo no es más que su última maniobra para desviar la atención y esconder su falta de soluciones. Lo que pasa es que, aunque tiene efectivos efectos especiales, un abultado presupuesto y una amplia campaña de promoción (con uso indebido de las instituciones públicas, incluido), no deja de ser un filme de los malos, con tantos agujeros de guion, que la trama se desmorona sola.
Preguntas sin respuestas
Según el PP, «Pedro Sánchez nos ha impuesto una tasa de basuras que no es obligatoria, solo es una recomendación de la Unión Europea». La realidad: esta directiva no nace de un capricho del Gobierno de España, sino de una normativa de la UE, de obligado cumplimiento. Una normativa que, además, fue liderada por un comisario del PP Europeo. ¿Cómo explican esa contradicción?
Y, sin necesidad de ir más lejos, aquí en España, ¿por qué no votaron en contra cuando se aprobó la ley que la regula? ¿Dónde estaban entonces sus protestas? No saben, no contestan. Como la señora Barrachina en el pleno de la Diputación, que no fue capaz de contestar ni a una sola de nuestras preguntas. La estrategia de desviar la atención parece ser su única respuesta cuando no pueden sostener sus mentiras.
Seguimos. El PP dice: «Exigimos una moratoria porque Europa lo permite». De nuevo, no es así. España lleva desde 2021 con un expediente sancionador por incumplir las normativas europeas en reciclaje. Además, si de verdad creyeran que esta moratoria es posible, ¿por qué no la han planteado en el Congreso? Tienen mayoría, junto con Vox y Junts, para hacerlo. Pero no lo hacen, lo que delata que vuelven a mentir para seguir representando el papel de defensores del ciudadano, aunque no se sostenga ni un minuto bajo el foco de la realidad.
Todo es posible en el reino de la incoherencia. Como que el PP acuse a esta tasa de «ahogar a las familias» cuando en los municipios donde gobiernan, como Benicàssim, Benicarló, Torreblanca o Moncofa, han subido o planean subir el IBI.
Pero los fallos de guion no acaban aquí. Vamos con otro. El PP: «Proponemos que lo recaudado por el Estado a través de esta tasa se reintegre en su totalidad a los municipios para desarrollar inversiones». Pero ¡si esa tasa no la recauda el Estado! La recaudan los ayuntamientos y está destinada, por ley, a cubrir los costes de recogida y tratamiento de residuos.
La realidad, tal cual
Desde luego, aunque lo pretendan, la película del PP está muy lejos de ser una true story. La realidad es que todos los responsables municipales sabemos, desde 2022, que en 2025 tendríamos que aplicar esta tasa o incrementarla en aquellos municipios donde ya existía. En la pasada legislatura, anuncié en diversas ocasiones que esta medida era inminente, precisamente para evitar que ahora nadie se sintiera engañado. En cambio, el PP ha llegado a muchas alcaldías prometiendo bajar impuestos.
Y lo más grave es que han esperado hasta el último momento. Si tan preocupados estaban por los efectos de esta ley, ¿por qué no dijeron nada durante la campaña electoral de 2023? ¿Por qué no advirtieron a sus votantes de esta situación, si la ley fue aprobada en 2022 con su abstención? Conocemos de sobra su estrategia, la de prometer hasta meter… y también sabemos perfectamente el final: una vez metidos, nada de lo prometido.
Soy consciente de que puede parecer que nos estamos echando la basura de unos a otros, pero lo que no podemos permitir es que el PP mienta sin consecuencias. No se trata de «tu verdad contra la mía». La única verdad es que esta tasa no es una imposición caprichosa de Pedro Sánchez. Es una medida necesaria para cumplir con las directivas europeas de reciclaje, y todos los municipios lo sabíamos desde hace años.
Los que estamos comprometidos con la gestión responsable sabemos que gobernar implica decisiones difíciles, a veces impopulares. No se trata de crear un enemigo para evitar rendir cuentas, se trata de trabajar por el bien común y afrontar los desafíos que nos tocan con seriedad y compromiso.
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