Aprender y desaprender

Casi todo lo que se puede aprender de la catástrofe de Valencia ya lo sabíamos. Quizá venga bien desaprender algunas cosas. Ahí va algo, en desorden, porque es el orden que imponen las inundaciones:

La diferencia entre climático (perteneciente o relativo al clima) y climatológico, perteneciente o relativo a la climatología (que es el tratado del clima). Niegan el cambio climático y culpan a la Agencia Estatal de Meteorología, pero hay más desastres meteorológicos y son más destructivos.

Somos un estado autonómico sin una buena conexión política entre estado central y autonomías. Y aquí política no es solo sinónimo de partidista. En este caso ha sido como una lesión medular, lo que sugiere una nueva capitalidad política en Toledo, sede del Hospital Nacional de Parapléjicos.

La proximidad de los gobiernos autonómicos tiene ventajas y desventajas. Se ha destacado estos días la superioridad del conocimiento del territorio y de los equipos que trabajan en él y se puede haber minusvalorado la cercanía de intereses locales con visión corta de los problemas inmediatos que pueden haber retrasado el disparo de las alarmas para no paralizar una sociedad, una economía, una normalidad. Metafóricamente, hubo muertes por salvar el coche no solo entre los vecinos de las poblaciones afectadas.

Para el sistema entero, revisemos el cuento chino motivador: no es verdad que en chino crisis y oportunidad sean la misma palabra. Se ha usado retóricamente muchas veces para motivar crisis para otros a fin de conseguir oportunidades para unos. En este caso nos sirve para ver que siempre hay quien ve la oportunidad en la crisis. Fuera de la ley: saqueos a comercios destruidos. Dentro del mercado: botellines de agua a 6 euros para damnificados. Dentro de la lógica antisistema: desplazarse a gritar asesinos y apalear a Sánchez aprovechando la desesperación de otros.

*Javier Cuervo es periodista