Opinión | MIRADA ABIERTA

DANA, vivir y ganarse la vida

Imagen del polígono de Alfafar 10 días después de la DANA.

Imagen del polígono de Alfafar 10 días después de la DANA. / AGENCIAS

Llevamos unos días en shock con las dramáticas noticias y las imágenes de las devastadoras consecuencias de la DANA en la provincia de Valencia. El número de fallecidos muestra cifras escalofriantes, superando en las primeras 24 horas los 81 de la riada del 57.

La gestión de la emergencia está siendo objeto de debate y tiempo habrá para analizarlo y evaluar las decisiones adoptadas.

La emergencia, todavía, es atender las necesidades básicas de las personas. Muchas viviendas han quedado destrozadas, los supermercados están inutilizados, las farmacias se han inundado, hay suministro precario de agua y luz. Algunas calles todavía están colapsadas por los cúmulos de vehículos y arrastres. Los accesos por carretera están muy afectados y los transportes públicos como Metro o Cercanías no pueden operar por los graves daños en infraestructura y estaciones. Los desplazamientos están restringidos para reservar la infraestructura menguada a los servicios que abastecen a la población y a la llegada de equipos de limpieza.

Este escenario dantesco exige una respuesta rápida de alojamiento, alimentos, ropa, medicamentos, de limpieza y recuperación de casas, de pueblos y, sobre todo, encontrar a los desaparecidos, identificar los fallecidos y acabar con la incertidumbre de sus familiares. Esto es lo fundamental hoy.

Esperanza

La urgencia es recuperar la normalidad y ello implica también ocuparse de cómo se ganan la vida las personas. La DANA ha provocado una situación excepcional como lo fue la pandemia y, análogamente, se debe lanzar un Plan de Recuperación Económica y Social, con recursos extraordinarios para la inversión en las infraestructuras productivas deterioradas y para ayudas directas a la actividad económica. Porque la rápida reapertura del comercio local, de los pequeños negocios, de la actividad que se desarrolla en los polígonos industriales y centros logísticos afectados y la recuperación del empleo es lo que proporcionará la esperanza, energía que será imprescindible para superar esta catástrofe.

Economista

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