Opinión | Editorial

Salir de la confusión

Francisco José Gan Pampols

Francisco José Gan Pampols

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha sorprendido con el nombramiento de un militar como vicepresidente encargado de la reconstrucción de Valencia tras la devastación producida por la DANA que descargó precipitaciones de intensidad jamás vista el pasado 29 de octubre, dejando un trágico balance de más de dos centenares de muertos y 846.000 damnificados. La preparación técnica del teniente general Gan Pampols está fuera de toda duda, viendo su brillante expediente, los puestos de responsabilidad que ha ostentado y las misiones que ha comandado fuera de España. Pero sus primeros movimientos tras conocerse el nombramiento indican que hay todavía mucha confusión en torno al papel que en estos momentos tiene que desarrollar, confusión que conviene aclarar cuanto antes para que el servicio que va a prestar pueda ejecutarse de acuerdo con las necesidades que todos los ciudadanos tienen derecho a exigir que se cubran. Nombrar de inmediato a otro militar, un general sin experiencia en el trabajo en una Administración, como número dos de su vicepresidencia, incrementa la sensación de que no hay una percepción precisa de la complejidad de las tareas de gobierno que son, por definición, transversales, no verticales, y sólo tienen una cúspide, representada por su presidente.

Hay que reconocer a Gan Pampols la disposición que desde el primer minuto ha mostrado a trasladar a los medios de comunicación, sin discriminación alguna, sus conocimientos sobre situaciones catastróficas y sus planes sobre cómo se debe actuar en la de Valencia. Ahora más que nunca es importante informar de manera transparente y a través de medios fiables de todo lo que se hace o se va a hacer. Pero las alusiones a que él no acatará «directrices políticas» o que no permitirá «interferencias políticas» no parecen lo más adecuado en un momento tan delicado como el que vivimos. Gan Pampols ya no es un militar, aunque tenga la condición de teniente general en la reserva. Desde que aceptó la vicepresidencia del Consell ejerce un cargo político. Está a las órdenes del presidente de la Generalitat, por muy erosionada que su imagen se encuentre, y debe rendir cuentas ante Les Corts Valencianes, en las que reside la soberanía. Gan Pampols es un militar que ha recibido un encargo civil y que como civil se desempeña, no como militar. 

A la desorientación de estos primeros momentos, entendible por la falta de experiencia del vicepresidente en un escenario novedoso para él, pese a su experiencia, como es el de estar sometido al escrutinio permanente que caracteriza la gestión política, ha contribuido sin duda la estrategia del president Mazón, que ha ido anunciando la remodelación de su gobierno por capítulos, en lugar de trasladar seguridad a los valencianos permitiéndoles ver en su conjunto la nueva estructura de la que quiere dotar al Consell para hacer frente a la desolación sufrida. Mazón completó anoche su nuevo ejecutivo, confirmando la destitución de la consellera Salomé Pradas, señalada desde el primer momento por su incapacidad para actuar ante la DANA, y dividiendo el departamento que ella dirigía en dos consellerias, una de ella dedicada específicamente a las Emergencias. Se incorporan al Consell dos personas procedentes del ámbito universitario y con escasa trayectoria política. Los nombramientos de los nuevos miembros del Ejecutivo autonómico, incluido el de Gan Pampols, han ido siendo comunicados mediante notas de prensa, sin que el presidente Mazón haya comparecido para explicarlos ni definir cuál es el programa concreto con el que quiere imprimir un nuevo impulso a la gestión en esta etapa trascendental. Otro hecho inédito que habla por sí solo de la crisis política que vive el gobierno de los valencianos. 

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