Opinión | LA RUEDA

El pecado original

Una persona pasea por una calle llena de barro y lodo

Una persona pasea por una calle llena de barro y lodo / KMY ROS

Soy de los que piensa que la historia y su evolución la escriben los seres humanos. O dicho de otra forma, aunque considero que aquí y ahora, la economía, por ejemplo, puede influir sobre nuestro presente y devenir, entiendo que no existe ninguna fuerza sobrenatural que condicione nuestra situación o conducta de forma predeterminada. Por eso digo y repito que soy de los que piensa que nuestra voluntad individual y colectiva es transformadora. De ahí que el pesimismo no es razonable. Sin embargo, y a pesar de lo dicho, reconozco casi con rubor y así lo he comentado en más de una ocasión, que me invade el sentimiento de que alguna vez, en nuestro pasado como pueblo, algún valenciano ha debido cometer uno de esos pecados que la iglesia o la religión cristiana, católica, apostólica y romana, reconoce como pecado original o ancestral. Algo que nos mancha a todos los valencianos y nos condena para siempre sin solución. Razones que expongo porque, aunque raro, es lo que me pasa con los presidentes del Consell de la Generalitat valenciana que son del PP. Me refiero, como no, a Zaplana, Olivas, Camps y, ahora con Mazón. Y es que, les guste o no, en sus manos y ante el mundo, el País Valencià ha pasado de tener la imagen aquella de sol, alegría, flores, ofrecer glorias a España… a ser la sede de la corrupción política o del abandono de la responsabilidad. ¿Qué nos espera ahora? No lo sé. Pero si alguien pensaba que esto podía ir a peor por el simple hecho de que fuera un gobierno de Mazón (el que no estaba donde debía) el que repartiese el montón de millones de la reconstrucción, ya le digo que, por desgracia, con los primeros contratos ya ha vuelto a aparecer el olor que nos recuerda desmadres pasados.

Analista político

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