La política que fracasa

Sirvan estas primeras palabras de recuerdo a las más de 200 víctimas que se llevó por delante la DANA el pasado 29 de octubre y que tanto ha afectado a poblaciones vecinas de la provincia de Valencia. También de apoyo, afecto y solidaridad a las familias de las víctimas, así como de las personas que siguen desaparecidas mes y medio después.

Lo que ha ocurrido es un ejemplo de cuando la política, y la administración pública, fracasan. Y lo hizo antes, durante y después de la tragedia. El hartazgo y enfado por parte de la ciudadanía es enorme, y no les faltan razones.

Fracasó la prevención. De unos y de otros. De los que tenían que mantener los barrancones y cauces limpios, y hechas las infraestructuras que no estaban (CHJ y Gobierno de España), y de los que tenían que avisar a la población con tiempo suficiente y activar la preemergencia con las medidas necesarias (Generalitat valenciana). Nules nos libramos por pocos kilómetros, pero necesariamente me vino al pensamiento lo que podía haber ocurrido de pasar aquí. Hay una obra, el encauzamiento del barranc del Torrent hasta la playa, que sigue pendiente de estudios por parte de la CHJ y de los sucesivos Gobiernos de España, de unos y de otros. Casi 20 años están estudiando las soluciones, y nos decían que el estudio coste-beneficio de hacer, o no hacer la infraestructura, no salía positivo. ¿Servirá esto para cambiar las prioridades por parte de quién tiene las responsabilidades?

Echarse las culpas

Volviendo a la DANA. Desde que ocurrió la tragedia se sucedieron las intervenciones de unos responsables políticos y otros, los centrales y autonómicos, para echarse las culpas mutuamente. Para criticar lo mal que lo habían hecho los otros y, por supuesto, lo bien que lo habían hecho ellos. La ciudadanía no salía de su asombro. Normal. Con todo lo que había y nuestros representantes justificando sus actuaciones (o sus no actuaciones) y tratando de sacar rédito político criticando lo mal que lo habían hecho los otros. Y todo esto en medio de la tragedia. Con cientos de desaparecidos. Muertos. Pueblos abandonados. Cientos de miles de afectados. Y la administración, pasaban los días, y seguía sin llegar. Los voluntarios allí estuvieron desde el primer momento. Demostrando la grandeza de nuestro país, en contraposición del fracaso en la respuesta de todo un Estado que no supo estar a la altura.

Alcalde de Nules